domingo, 24 de octubre de 2010

Red Social (The Social Network, 2010)


"Una película sobre Facebook".

Un injusto rótulo a una gran obra cinematográfica. Y voy a explicar por qué.

The Social Network es la historia detrás de ese gran fenómeno social que es Facebook. Amada y odiada en partes iguales, puede decirse que esta página llegó para quedarse, y para demostrar que todos, en mayor o menor medida, tienen la necesidad de mostrarse en Internet.

The Social Network cuenta la historia de cómo un par de jóvenes brillantes, estudiantes de Harvard, lograron crear este fenómeno.

En principio yo no le tenía mucha fe a la película, ya que una historia sobre una página de Internet que -al menos para nosotros- no fue relevante ni llamó la atención de los medios internacionales por un episodio en particular no era muy motivante para llevarla a la pantalla grande. Sin embargo, ese gran director que es David Fincher (responsable de clásicos indelebles como Pecados Capitales o El Club de la Pelea) y el guionista Aaron Sorkin lograron crear una historia atrapante que en nigún momento hace que perdamos el interés en ella.


Impecablemente filmada, con un gran trabajo de fotografía y una dinámica sorprendente (prestar particular atención a la escena de la competencia de remo), la película sorprende por las actuaciones de sus protagonistas. Un grupo de jóvenes de los que podríamos esperar nada nos sorprenden con sólidas actuaciones y una muy buena química entre ellos.

Jesse Eisenberg (que siempre parece hacer de sí mismo), compone a Mark Zuckerberg, el creador de Facebook. Un personaje egocéntrico, consciente de su inteligencia y capacidad que en ningún momento quiere simpatizarnos ni simpatizarle a nadie. No tiene amigos (y los pocos que tiene parece no importarles), se pelea con su novia, nadie parece interesarse en él, pero aun así logra relacionarse con cierta gente a la que usa como vehículo para lograr lo que quiere. Una de esas personas es Sean Parker, el creador de la controversial (y difunta) Napster, que transita la misma senda de Zuckerberg y cree tener al mundo en sus manos. El gran carisma de Justin Timberlake se suma a una capacidad actoral nunca antes vista en el cantante para componer a un personaje interesantísimo, de lo mejor que muestra el filme. Y por último, el trío protagonista lo termina de integrar Andrew Garfield (el futuro Spiderman) que en la piel de Eduardo Saverin (el amigo más cercano a Zuckerberg) logra componer al personaje con el que quizás podamos sentir más empatía, pero eso no es una certeza.

Facebook cambió el mundo (a su forma), y The Social Network lo refleja impecablemente. Quizás la lectura, una de tantas que se le puede hacer al filme, es que el concepto de amistad queda redefinido por culpa (o gracias, según se lo mire) de esta página, donde los "contactos" son considerados "amigos". La última escena es más que elocuente, y el poster promocional de la película nos hace pensar al respecto: NO HACES 500 MILLONES DE AMIGOS SIN GANARTE ALGUNOS ENEMIGOS. ¿500 millones de "amigos", realmente?

The Social Network es un gran trabajo cinematográfico, que no nos quiere dar ninguna lección de moral ni nos hace querer sentir pena o lástima por nadie. Es una gran muestra de maestría tras las cámaras, y de cómo no hace falta poner un tono solemne o documentalista o caer en estupideces para mostrar algo que en otras manos hubiera sido un desastre.


Démosle gracias a David Fincher por eso.

Conclusión: una gran obra cinematográfica, entretenida y brillante, que devuelve a un gran director a una posición de privilegio, y demuestra estar a la altura de su propia historia.

ORIGEN: USA

DIRECTOR: DAVID FINCHER

INTÉRPRETES: JESSE EISENBERG, ANDREW GARFIELD, JUSTIN TIMBERLAKE

DURACIÓN: 121 minutos

CALIFICACIÓN: EXCELENTE

domingo, 1 de agosto de 2010

Directores de ayer, de hoy y de siempre: Christopher Nolan


Llegó el día en que finalmente hablara de mi director preferido: con el perdón de Danny Boyle, James Cameron, Steven Spielberg, Ridley Scott y alguno que otro más que me simpatiza mucho, debo decir que Christopher Nolan es quien mejor sabe poner en celuloide lo que me gusta del cine.

Este inglés nacido en 1970 empezó en el cine como muchos otros: un corto, Doodlebug, en 1997, que puede verse en Youtube y dura nada más que 3 minutos. No gozó del apadrinamiento de ningún director famoso y exitoso, ni del beneplácito de ningún actor que le viera pasta de cineasta y pusiera el dinero para que el bueno de Christopher hiciera su debut. No. Junto con sus compañeros de la Universidad, hicieron en el año 1998 su primer largo, que titularon Following. Este film, realizado en blanco y negro y en el transurso de un año, duraba apenas 69 minutos, y contaba la historia de un hombre con una personalidad un tanto oscura (una constante en su filmografía), que se dedicaba a perseguir gente por la calle al azar. Este film fue exhibido en algunos festivales sin mucho renombre y fue adquirido por una distribuidora que lo estrenó en muy pocas salas.

Sin embargo, esto lo habilitó a Nolan para realizar su primera gran incursión en el mundo del cine a nivel masivo, y que sería toda una muestra de la maestría para filmar de este hombre: Memento (2000), esa compleja obra (¿maestra?) cinematográfica que rompió con todos los moldes a comienzos de la década y se volvió un fenómeno de culto. Rodada con un presupuesto exiguo, apenas 9 millones de dólares, y con las actuaciones del australiano Guy Pearce, Joe Pantoliano y Carrie-Ann Moss, esta película fue aclamada por la crítica y fue un suceso en la taquilla, además de valerle una nominación al Oscar por Mejor Guión. ¿Qué la hacía diferente? Era una historia más de una venganza. Pero no. Hay más que eso. Un hombre que pierde tras un ataque su capacidad de guardar recuerdos a corto plazo, y que vive recordando cosas a través de tatuajes y anotaciones intenta vengar la muerte de su esposa. Lo brillante de este film (que está basado en la historia Memento Mori, de su hermano Jonathan Nolan) es que está contado íntegramente con una estructura no lineal, en reversa, con el agregado de flashbacks en el medio. Complejísima realización, que hizo darnos cuenta de que estábamos ante un distinto.

En el 2002, Noches Blancas (Insomnia), remake de una película noruega del mismo nombre, significaría para Nolan un salto de calidad ya que contó con la participación de actores de primer nivel, como el ahora ex enorme actor Al Pacino y Robin Williams, en uno de sus pocos papeles serios y tolerables. El presupuesto fue mayor, y la recepción fue más que positiva.

2005 significó un año clave para Nolan: se haría cargo de nada más ni nada menos que de resucitar a la franquicia Batman, acabada en 1997 tras el bochorno de Batman & Robin (¿Se acuerdan? George Clooney haciendo de un Batman que ¡tenía pezones en el traje!), junto con su hermano Jonathan y el guionista David Goyer. Con un enfoque mucho más serio y cero estrafalario, Batman Inicia se corvirtió en un éxito sorpresivo que no sólo recaudó millones sino que permitió ver que Batman era un personaje que podía tomarse en serio y que las películas de superhéroes no tenían porqué ser infantiles.

El Gran Truco (The Prestige, 2006), significaría la primer gran injusticia para Nolan. Este film, que trataba sobre la rivalidad de dos magos a través de los años, y contaba con las presencias estelares de Michael Caine y Christian Bale (actores fetiches del director), Hugh Jackman y una participación especial de David Bowie, sufrió la impericia de los distribuidores en nuestro país ya que fue estrenada casi al mismo tiempo que la sobrevalorada El Ilusionista (The Illusionist), que contó con mayor publicidad. El Gran Truco pasó injustamente desapercibida, con lo cual la mayoría se perdió de ver esta gran obra cargada de suspenso, tensión, giros argumentales sorpresivos y un bello trabajo de fotografía.

2008 significaría el año en que mi vida cambió (y la de los fanáticos del superhéroe enmascarado). El Caballero de la Noche (The Dark Knight) es una película monumental que demostró que Nolan era algo más que un muy buen director. La genialidad y el pulso con el que plasmó en este film una gran historia, y un método de "película dentro de película dentro de película" que no da respiro, la magnificencia visual y la estupenda actuación del recordado Heath Ledger como El Guasón, haría de El Caballero de la Noche una obra maestra que trasciende todo género y cualquier análisis. Es el día de hoy que la veo y nunca me canso. Monumental, sería la palabra justa para definirla. Batió récords de taquilla (superando los mil millones de dólares a nivel mundial) y demostró que es un grande de nuestros tiempos, y por qué no, de la historia.

El Origen (Inception, 2010), marcaría su regreso detrás de cámara, y por primera vez en muchos años, él solo estaría a cargo del desarrollo de la historia y del guión. Una obra de ciencia ficción sobre los sueños (así parece poco, pero hay mucho más detrás), que lo colocó a Christopher Nolan en otro plano, y por qué no en otro mundo. Más adelante haré la crítica de El Origen, pero puedo decirles que con este film, Nolan cruzó una barrera, y muchos directores considerados grandes deberían repensar lo que hacen. Eso va también para James Cameron, que con su Avatar se quedó corto comparado con este film.

Por lo pronto, se puede decir que Nolan está preparando junto a su hermano y David Goyer la tercer y última parte de la saga Batman. El estreno está previsto para 2012, y sí, parece mucho tiempo. Pero lo bueno se hace esperar, y vale realmente la pena.

Christopher Nolan. Enorme. El mejor.

martes, 20 de julio de 2010

Al Filo de la Oscuridad (Edge of Darkness, 2010)


Tras ocho años de ausencia de la pantalla, una apariencia más vieja y cierto aire torturado en la expresión, pero con la misma determinación y la misma frialdad para arriesgarse a lo que sea, Mel Gibson vuelve con un personaje que no le es del todo extraño: un veterano policía desgarrado por el incomprensible asesinato de su hija y dispuesto a descubrir a los culpables y terminar con ellos. Por supuesto, como todo vengador que hayamos visto en el cine, lo hace fuera de la ley y a veces nos deja al filo de la incredulidad.

Gibson es el solitario policía de Boston que recibe la visita de su única hija, que trabaja para una empresa dedicada a la investigación nuclear, y apenas tiene tiempo de disfrutar de su compañía. En la propia puerta de casa, padre e hija son sorprendidos desde un auto por alguien que dispara y mata brutalmente a la muchacha. Todo parece haber sido un error: hasta la policía cree que se trata de una venganza contra el detective. Pese a su desconsuelo, el hombre no está tan convencido de haber sido el destinatario del ataque y hay algunos indicios que avalan esa sospecha: así, comienza a investigar entre quienes frecuentaban a su hija, incluido un novio en pleno estado de paranoia, sus compañeros de trabajo y hasta los dirigentes de la empresa en cuestión. De esta forma, se pone en relieve una compleja trama conspirativa que involucra a políticos y policías corruptos, magnates empresarios y hasta un enigmático y oscuro agente secreto, compuesto por Ray Winstone.

Al Filo de la Oscuridad es la remake de una miniserie británica (también dirigida por el neozelandés Martin Campbell, responsable entre otras cosas de Casino Royale) que fue un suceso en los '80. Campbell es un muy buen director que sabe filmar acción y suspenso, y aquí hace un trabajo que a pesar de tener ciertas deficiencias y no estar a la altura de la mencionada Bond, logra engancharnos.

Podría criticarse el hecho de que la película tiene menos acción de la esperada (pero ojo: cuando la tiene es muy buena, por eso quizás esperemos que todo sea así), y que todo lo enmarañado de las teorías conspirativas que se ve en principio termine cerrándose como una simple historia de venganza, pero sinceramente, decidí no ponerme tan quisquilloso con el film y otorgarle ciertas concesiones, en especial después de ver ese final cargado de tensión y violencia.

Conclusión: una película que incorpora elementos del cine negro, y aunque no nos vuele la cabeza, es una muy buena opción cuando queremos un policial bien oscuro.


ORIGEN: USA/Reino Unido

DIRECTOR: MARTIN CAMPBELL

INTÉRPRETES: Mel Gibson, Ray Winstone, Danny Huston

DURACIÓN: 117 minutos

CALIFICACIÓN: BUENA (+)

lunes, 19 de julio de 2010

La Isla Siniestra (Shutter Island, 2010)




Retornamos luego de un forzado impasse. Y lo hacemos con un gran estreno de este año 2010: La Isla Siniestra (Shutter Island, 2010), de Martin Scorsese.

Para empezar, podría decirse que esta película es un thriller psicológico. Sin embargo, a diferencia de otros thrillers detectivescos, La Isla Siniestra no invita al espectador a jugar a ser Philip Marlowe y resolver los enigmas que plantea la película, sino que lo que hace es presentar diferentes situaciones que requieren de la paciencia del espectador para ver una resolución (satisfactoria o no) a dichos enigmas.

El film trata sobre un detective (Leonardo DiCaprio), que es enviado junto con su compañero a investigar la desaparición de una paciente en una colonia psiquiátrica de Nueva Inglaterra. Dicho detective, empujado por el ambiente que reina en el lugar y sus propias alucinaciones creadas por ciertos demonios de su pasado es arrastrado a un viaje que hace que uno se empiece a cuestionar dónde comienza y dónde termina la realidad.

La Isla Siniestra es una película rara en la carrera de Scorsese; por un rato deja de lado las películas sobre gángsteres o las biografías (dos clásicos de su extensa trayectoria) para abordar un género poco común en él. La Isla Siniestra, de haber caído en otras manos, hubiera quedado fácilmente encasillada en una película clase B. Personajes tenebrosos, su horror psicológico y sus fundamentos vagamente psicoanalíticos, hacen que este film remita a esos clásicos del género que en la era del VHS hacían furor en los hogares.

Ambientada en la década del 50 (donde hace un homenaje al cine negro de la época), se destacan el trabajo de fotografía y la musicalización. La isla escarpada, muy poco accesible y azotada por todos los vientos; el viejo fuerte de la Guerra Civil reciclado como hospital para enfermos mentales con antecedentes criminales; un misterioso faro; pacientes que vagan por parques y corredores como zombies custodiados por una multitud de enfermeros; científicos que ensayan nuevas terapias, y por todas partes la memoria fresca del horror nazi y sus experimentos médicos son los ingredientes necesarios para que lo lúgubre del lugar y la creciente locura del personaje de Di Caprio nos provoque miedo de verdad.

Párrafo aparte para Dennis Lehane, que escribió la novela sobre la cual está basada la película. Las tres novelas de este señor, incluyendo ésta, han captado la atención de los grandes: Río Místico (Mystic River, 2003), la muy buena película de suspenso de Clint Eastwood; Desapareció una Noche (Gone Baby Gone, 2007), el muy buen -y sorpresivo- film de Ben Affleck; y La Isla Siniestra, aquí mencionada. Todavía no tuve la oportunidad de leer el trabajo de este señor, pero por algo los grandes le echaron el ojo. Veremos en el futuro.

Conclusión: Cine Clase B filmado como Cine Clase A. Gran trabajo de Scorsese y de los actores (DiCaprio, con el plus de tener a Ben Kingsley y Max von Sydow entre el reparto), que entretiene y asusta por igual. Un placer de película.

ORIGEN: USA
DIRECTOR: Martin Scorsese
INTÉRPRETES: Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Max von Sydow
DURACIÓN: 138 minutos
CALIFICACIÓN: MUY BUENA

sábado, 10 de abril de 2010

Enseñanza de Vida (An Education, 2009)



El año pasado, allá por octubre/noviembre, me enteré de esta película por casualidad leyendo el diario inglés The Times. Hablaban de una película simple, de una temática ya abordada en el cine, y claro, de la soberbia actuación de Carey Mulligan, su protagonista.

Inmediatamente, busqué el trailer y supe que me iba a gustar. Sin embargo, en ese entonces la película no tenía fecha de estreno en nuestro país, y en casi ningún medio se hablaba de ella. Creí que tendría que esperar hasta su tardío estreno en DVD para verla, pero gracias a uno de los pocos aciertos de la Academia hollywoodense (que nominó a Mulligan para Mejor Actriz) las distribuidoras de acá la compraron y la estrenaron.

Enseñanza de Vida es una película delicada, y muy simple.

La protagonista, Jenny (Carey Mulligan), podría encasillarse dentro del estereotipo "colegiala que se enamora de un señor mayor, y que aprende de golpe a crecer", pero no, la película va más allá.
El guión, basado en una autobiografía de una periodista inglesa llamada Lynn Barber, fue escrito por el prolífico escritor británico Nick Hornby. Hornby, que es uno de mis favoritos, es una celebridad en Gran Bretaña, y sus novelas o historias son generalmente muy esperadas por sus fanáticos. En el caso de esta película, tanto Hornby como Lone Scherfig (la directora) logran darle al film una fluidez sorprendente. Supieron plasmar en celuloide un retrato de una época un tanto particular en Inglaterra, como lo es 1961, la era pre-Beatle. Dentro de ese retrato, pueden verse ciertos elementos muy particulares de la época en cuestión, como lo es el acartonamiento, la hipocresía y un cierto dejo de racismo por parte de una sociedad conservadora.

Por el lado de los personajes, se necesitó un puñado de muy buenos actores que cumplieron con creces. Y así es como la tenemos a nuestra protagonista, Jenny (repito: una soberbia Carey Mulligan), que a sus 16 años le gusta verse como una mujer sofisticada y culta, que ama la música clásica y hablar en francés; David, el galán en cuestión, que con su parla sofisticada se compra a medio mundo y convence tanto a Jenny como a sus padres de que la dejen salir al mundo; los amigos de David, dos personajes de mundo; y los padres de Jenny. Por un lado está el padre, que con su rigidez vigila su vida con vistas al futuro, y por el otro tenemos a la madre de Jenny, que no dice una palabra con tal de no contradecir a su marido.
Lo que resulta extraño de todo esto, es cómo un hombre con buena dialéctica puede hacer que todo aquello que parece sólidamente construido se derrumbe.

Si hay algo que me dejó algo disconforme, fue el final. Quizás pecaron de conformistas, y quisieron hacer ciertas concesiones para agradar a las audiencias. La voz en off del final me recordó a Blade Runner (salvando las diferencias de género y estilo), donde el personaje de Harrison Ford cerraba la película con un speech en off, que le quitaba un poco de oscuridad al film y quedaba algo en off-side. Quizás en Enseñanza de Vida la intención no era esa, pero sabemos cómo los estudios meten mano a piacere.

Conclusión: una gran película, pequeña pero sólida, que logra transmitir las sensaciones de una época de forma inteligente. Recomendable.

ORIGEN: Reino Unido
DIRECTOR: Lone Scherfig
INTÉRPRETES: Carey Mulligan, Peter Sarsgaard, Alfred Molina, Emma Thompson
DURACIÓN: 100 minutos

CALIFICACIÓN: MUY BUENA (+)


jueves, 1 de abril de 2010

Directores de ayer, de hoy y de siempre: Zack Snyder


Hoy hablaremos de un director relativamente joven (44 años), pero casi casi nuevo en el mundo cinematográfico. En esta sección veníamos repasando las carreras de prolíficos cineastas como Spielberg y Verhoeven, así que decidí echarle un vistazo a esta promesa del cine de hoy.

Zack Snyder comenzó su carrera filmando comerciales, algo muy común en Hollywood. Los hizo para BMW, Audi, Nike y Nissan.

En el año 2004, saltaría a la fama al hacer la remake (¿la mejor, lejos, de todas las que se vienen haciendo, quizás?) de El Amanecer de los Muertos (Dawn of the Dead, 1978), uno de los famosos filmes de George Romero sobre zombies y muertos vivientes. La remake resultó sorprendentemente buena, fue una película cargada de tensión y terror, y con un estilo visual más que interesante. En su momento Romero (considerado una institución dentro del género, pero yo no lo veo así, fue un pionero pero se volvió repetitivo en sus trabajos) mostró su desagrado respecto a la versión de Snyder. Es que en la nueva versión falta quizás ese humor romereano que tenían las viejas versiones. Pero cabe destacar que Snyder la volvió más realista, ya que en las de Romero los zombies eran una excusa para que los yanquis se divirtieran usando lo que más les gusta, o sea, las armas.

Después de recibir muy buenas críticas, y de captar la atención de varios productores, Snyder decidió seguir los pasos de Robert Rodriguez y adaptó a la pantalla grande una de las grandes obras de Frank Miller: el comic 300.

Así que en el año 2007, 300 se convirtió en el mayor éxito de taquilla de Snyder hasta la fecha, recaudando millones de dólares y provocando el baboseo del público femenino por los marcados abdominales de los 300 espartanos, en especial de Gerard Butler, que pasó de ser un tipo con pinta de pendenciero de bar a galán.

En 300, Snyder hizo uso y abuso (pero del bueno) para reconstruir cuadro por cuadro el comic original, tal como lo hiciera Rodriguez con Sin City (2005). Logró darle a la película un estilo visual impactante, y más allá de los gritos y la exaltación testosterónica, logró forjar un estilo de filmación de escenas de acción muy particular.

Ese estilo (una mezcla de videoclip y ralentización de la cámara en lugar de los múltiples planos que utilizan otros directores, sumado a una banda sonora creadora de un ambiente único) se vería plasmado notoriamente en Watchmen (2009), su último estreno en cine hasta el momento.
Esta adaptación de otro comic legendario cosechó críticas divididas, y a mí personalmente no me conmovió, pero debo remarcar que esa escena del comienzo donde dos personajes pelean en un departamento con "Unforgettable", de Nat King Cole de fondo, fue sublime, e hizo que aplaudiera de pie, aunque estaba viendo el DVD en mi casa.

Zack Snyder tiene previsto otro estreno este año, pero por el momento debo decir que lo que ofreció hasta el momento es más que interesante. Se nota que sabe, y que puede imprimirle un estilo propio a sus películas. Esperemos que continúe por la buena senda.

martes, 16 de marzo de 2010

Bourne: El Ultimátum (The Bourne Ultimatum, 2007)


Hoy voy a hablar de una de las grandes películas de la década.

Hace algunos años, 2002 para ser más exactos, se decretaba el acta de defunción de uno de los personajes más carismáticos del cine: James Bond. Después de esa película horrible que había sido Die Another Day, donde más que una película de espionaje parecía un festival de avisos publicitarios y situaciones imposiblemente patéticas, ya no parecía que hubiera posibilidades de hacer una buena película de espionaje. Ojo, después vino Casino Royale, pero estoy hablando de 2002.
Un par de años después me encontré casi por casualidad con Identidad Desconocida (The Bourne Identity, 2002), un film al que miré con cierto recelo ya que en principio no me inspiraba mucha confianza: Matt Damon en una película de acción y espionaje, que era algo así como que Jet Li hiciera una comedia romántica. Pero al verla me sorprendió, ya que Doug Liman había hecho su mejor trabajo hasta la fecha y Matt Damon no había estado nada mal. En el 2004, se cambiaría el enfoque de lo que se sabía que iba a ser una trilogía: contratar a un director como Paul Greengrass, capaz de filmar escenas de acción y persecuciones con mucha pericia y realismo. Y La Supremacía Bourne (The Bourne Supremacy, 2004) lo tuvo. De las tres es quizás la que menos me agrade, pero Greengrass fue capaz de crear los climas necesarios para que esperásemos una gran explosión en el desenlace de la historia. Y vaya que lo tuvo.

Bourne: El Ultimátum (The Bourne Ultimatum, 2007) es una película virtuosa. Su puesta en escena es grandiosa, en gran parte por el dramático uso de la cámara en mano, que le aportó realismo a las escenas que lo necesitaban. Greengrass, casi como un artesano, construyó cada uno de los climas como para que el suspenso y la tensión fueran las justas y necesarias. Apoyado en un muy buen guión de Tony Gilroy (a tener en cuenta a este señor...) y en una edición realmente excelente, Greengrass logró hacer un uso de las locaciones de las grandes ciudades que más que ser un paseo turístico y regodeo de producción y grandeza fue una puesta al servicio de la historia. Son imperdibles las escenas de la estación Waterloo en Londres; la pelea en Tánger y la soberbia persecución automovilística en Nueva York. Escenas que son una clase magistral de cine.

El final de la historia es efectivo. Después de haber visto semejante pieza cinematográfica, realmente sería una estupidez ponernos a discutir si estuvo bien o mal el final, o si lo tendrían que haber cerrado de otra manera. A mí me satisfizo de principio a fin.

Conclusión: una película de espionaje y acción y suspenso extremadamente interesante, que hace que queramos darle un abrazo a Hollywood por ofrecernos cosas así.

ORIGEN: USA/Alemania
DIRECTOR: Paul Greengrass
INTÉRPRETES: Matt Damon, Joan Allen, David Strathairn
DURACIÓN: 130 minutos

CALIFICACIÓN: EXCELENTE

martes, 2 de marzo de 2010

Clásicos del Cine: una de las mejores escenas de Oldboy (2003)

Una escena que seguramente será recordada a través de los años. El responsable: Park Chan-wook.
Este plano secuencia necesitó 17 tomas y 3 días para que quede perfecto. No se usó ningún truco por computadora, excepto por el cuchillo en la espalda del protagonista.


Simplemente genial.








lunes, 1 de marzo de 2010

El Descanso (The Holiday, 2006)


La review del día de hoy corresponde a esta película romántica del año 2006, El Descanso. En teoría se supone que es una "comedia romántica", y si me pongo algo quisquilloso con las cuestiones de géneros cinematográficos, debo decir que este film de comedia no tiene nada.
A ver... no es que tenga algo en contra de este tipo de películas. Es más, Love Actually figura en mis preferidas, y esa fuera de serie (según mi opinión) que fue 500 Días con Ella son comedias románticas a las que les tengo un gran aprecio.
El tema es que en este caso, no hay nada que pueda ver como positivo. Su directora, Nancy Meyers, hace las típicas "películas para mujeres", lo cual no me parece mal, y como fórmula le resultó redituable a través de los años, pero no puede evitar caer en puntos comunes que ya a esta altura resultan molestos.
Repasemos sus dos películas más conocidas antes de El Descanso: Lo Que Ellas Quieren (What Women Want, 2000), con Mel Gibson y Helen Hunt, una simpática película que se sostenía por el gran carisma de Mel Gibson y un par de situaciones agradables. El resto, lo de siempre: un mujeriego, que no parece importarle nada, por una situación fortuita puede escuchar los pensamientos de las mujeres y a partir de ahí decide sacar provecho hasta que viene la mágica lección de moral de que su comportamiento era el de un verdadero cretino. A partir de ahí, Mel aprende que todos los hombres son cretinos y que las mujeres son sensibles.

Más tarde, vendría Alguien Tiene Que Ceder (Something's Gotta Give, 2003), otra simpática película sostenida por (oh, casualidad!!!) el inmenso carisma de Jack Nicholson, que hace de mujeriego (oia!!!) y después de comportarse como un cretino (Oia!!! x 2) aprende que las mujeres son sensibles y los hombres unos imbéciles. Este film en cierto punto se vuelve insoportable por el personaje (y la actuación) de Diane Keaton, que es irritante a más no poder.

El Descanso ya de por sí nos presenta una situación más que inverosímil: dos mujeres (una cuyo lastimoso amor no correspondido la lleva al borde del suicidio y otra que se entera de que es cornuda) que odian a los hombres deciden a través de Internet hacer un cambio de domicilio a modo de vacaciones para olvidarse por un rato de todo lo malo que los hombres representan. Y digo inverosímil porque los únicos intercambios eran los que se hacían en el colegio o en el club de basquet, y no "el me prestás tu casa que yo te presto la mía" que vemos acá. No sé ustedes pero a mí me resulta más que inverosímil.

Así es como comienza todo, y cada una de las mujeres terminará en su lugar de destino involucrándose con algún hombre que viene a cambiarles la vida, en los excesivos 138 minutos que dura la cinta.

Por el lado de las actuaciones, tenemos a Kate Winslet, que irradia, como siempre ese charme inglés que tan bien le queda. Es una pena que se la note contenida y al borde de la idiotez por culpa de un guión flojo, ya que la considero una gran, gran actriz.
También está Jude Law, que aporta, al igual que Winslet, el charme de siempre. Law sabe como moverse frente a cámara, y a pesar de que mucho no le cueste, ganarse a la platea femenina. Y más si goza con el beneplácito del guión, que no voy a contar qué es, pero de seguro hará que las mujeres se babeen aunque él se ate los cordones de los zapatos.
Jack Black está totalmente desperdiciado, y queda relegado a ser un simple actor de reparto, sin posibilidad de desplegar todo su histrionismo y locura características. Otro personaje que aparece en pantalla es nada más ni nada menos que Eli Wallach, el Feo de El Bueno, El Malo y El Feo (Il Buono, Il Brutto, Il Cattivo, 1966), aquel inolvidable western con Clint Wastwood, que, con sus 94 años a cuestas la sigue remando.

Párrafo aparte para Cameron Diaz. Al margen de que es una mina que no me gusta y que me cae particularmente mal, en esta película se va de tema. A ver, en Los Ángeles de Charlie hacía un papel de una mina media retardada, pero bueno, era parte de la temática festiva y alegre del film. Aquí, sin embargo, continúa en la misma senda, nada más que en serio. Pareciera que cada vez que la enfocan necesitara gesticular y sacudir el pelo nerviosamente, como si eso enriqueciera el plano. No. Resulta muy irritante. A algunos le puede resultar simpática, pero no es mi caso. Acá se pasa de molesta (convengamos que el guión hace que sea así) y pareciera que es la "postura Cameron Díaz" para cualquier película que le toque hacer. Algo similar a lo que sucedía con la mencionada Diane Keaton.

En fin, de seguro a las mujeres les agrada, y los hombres resoplan de fastidio. Quizás mi molestia se deba a que en su momento esperaba algo más de esta película y realmente salí muy defraudado. Mejor no decir nada de la escena final, que bueno, es una...

Conclusión: una opción para esos fines de semana en que nos encerramos al estilo Howard Hughes a ver películas y se nos acabó todo lo bueno que teníamos a mano.

ORIGEN: USA
DIRECTOR: Nancy Meyers
INTÉRPRETES: Kate Winslet, Cameron Díaz, Jude Law, Jack Black
DURACIÓN: 138 minutos

CALIFICACIÓN: REGULAR



lunes, 22 de febrero de 2010

Desastres Cinematográficos: Máxima Velocidad 2 (1997)



Debido a la gran aceptación que tuvo esta sección del blog, les voy a brindar otro episodio de Desastres Cinematográficos: y qué mejor para ello que con un caso paradigmático de lo que es un desastre. Ya sé, hay muchos desastres impresos en celuloide, y de Waterworld ya me había ocupado hace un tiempo... pero bueno, aquí vamos.

Empecemos por el casting: la siempre agradable Sandra Bullock (que le dijo a Catalina Dlugi... ¡Sí, Catalina entrevistó a Sandra Bullock! My God... que no había conocido nunca a Rolando Schiavi) aceptó hacer la película a cambio de que financiaran un film de bajo presupuesto que quería hacer. Y Keanu Reeves, su pareja en la efectiva y exitosa primera parte Máxima Velocidad (Speed, 1994), dijo que no porque no estaba para nada de acuerdo con el guión. Además, oficialmente se dijo que quería irse de gira con su banda, pero la realidad fue otra. En su lugar, se contrató al cerocarismático Jason Patric, que a esa altura era conocido por compartir apellido con el actor que hiciera de T-1000 en Terminator 2. Gary Oldman rechazó el papel del villano, ya que prefirió trabajar en Avión Presidencial (1997), que gozó de buenas críticas. En su lugar fue elegido Willem Dafoe, que cada vez que se piensa en un malo para una película le debe zumbar el oído.

El Director: fue nada más ni nada menos que Jan de Bont, el mismo que la primera. Hasta ese momento De Bont gozaba de una buena popularidad. Luego de haber trabajado en su Holanda natal al lado del gran Paul Verhoeven como director de fotografía en películas como Delicias Turcas (1973) y El Cuarto Hombre (1983) había continuado su carrera en Hollywood participando en la genial e inolvidable Duro de Matar (Die Hard, 1988) y en otra buena película como Lluvia Negra (Black Rain, 1989), el policial de Ridley Scott.
Llegó 1994 y el amigo Jan hizo su debut como director en la mencionada Máxima Velocidad, que fue realmente un éxito impensado, y en el que casi nadie creía. En 1996 filmaría Twister, la película sobre tornados, que siempre me generó simpatía y que tuvo éxito en la taquilla.
Por esas cosas de la vida y de mi trabajo, una vez tuve la oportunidad de ver una entrevista a Jan de Bont, donde hablaba de su carrera y en particular de esta película. Contaba De Bont en la entrevista que cuando el estudio le había propuesto hacer la segunda parte de Máxima Velocidad, él se había negado rotundamente y les había dicho que se dedicaran a gozar del éxito y la buena reputación de la primera. El estudio, casi a punta de pistola, le dijo que tenía dos opciones si quería sobrevivir: o filmar la segunda parte, o filmar la segunda parte.
De Bont contaba que desde el momento que supo que Keanu Reeves se había negado, sabía que iba a ser un fracaso. Una de las cosas que tenía la primera era la química que había logrado la pareja protagónica que trascendía la pantalla, y aquí no se repetiría eso. Otra de las cosas que contaba era que casi no tuvo incidencia sobre el guión, ya que el estudio lo manejó a piacere e hicieron caso omiso a cada una de sus intervenciones.

El barco: el Seabourn Legend es un barco de verdad que se utilizó para filmar algunas escenas. Luego construyeron una costosa réplica que es la que usaron para las escenas de destrucción. Pero sucedió algo: una severa tormenta caribeña arrasó con gran parte del set de filmación en la isla de Saint Martin. El resultado: a construir todo de nuevo, con lo que el presupuesto se disparó a las nubes. (Hay rumores extraoficiales de que llamaron a Kevin Costner para que les contara cómo lidiar con situaciones así... y terminaron llorando todos juntos y abrazados).

El presupuesto: mientras la primera había costado 28 millones de dólares (algo bajo para una película de acción), esta costó 110 millones de dólares, ya que subidos al tren del éxito quisieron hacer todo en grande. Tan sólo la escena del final, donde el barco se estrella contra el muelle, costó lo mismo que la primera parte.

El resultado final: DESASTRE. Con todas las letras.

El guión era imposiblemente malo, cero química en la pareja protagónica, graves inconsistencias (según los expertos) en la construcción y funcionamiento del barco, un villano que arrancaba carcajadas y la clarísima incomodidad de Sandra Bullock que cuando uno no veía su remera que decía "por amor a la guita" se preguntaba qué estaba haciendo ahí.
Párrafo aparte para la PATÉTICA escena final donde el barco choca contra el muelle... Un idiota gritando "cinco nudos - cuatro nudos - tres nudos" y la gente caminando como si estuviera en el Alto Palermo cuando se les venía encima un barco que pesaba miles de toneladas. IM-PRE-SEN-TA-BLE.

La crítica internacional la despedazó y luego rifaron los pedazos. Los únicos optimistas que la vieron buena fueron Siskel & Ebert, los famosos críticos yanquis que por lo general ven las películas de espaldas, porque van siempre a contramano del resto. Y bueno, también le sirvió a Telefé para pasarla los sábados a la tarde.

En fin, otra película más con el sello del desastre. Otra película que se estrelló a Máxima Velocidad con el fracaso. Otra película más que es inolvidable (por lo mala).

Otra película más pasada por agua.




viernes, 29 de enero de 2010

Beauties del Cine: Anne Hathaway


"Anne Hathaway es la mina que te cruzás en el subte en la estación Catedral", fue la mejor definición que escuché sobre esta actriz.

Anne Hathaway (12/11/1982), la actriz de la sonrisa interminable, debutó en la pantalla grande de la mano de Disney en El Diario de la Princesa (The Princess Diaries, 2001), película que como todo film salido de la factoría que trate el tema de las princesas, resultó exitoso. Hathaway recibió elogiosos comentarios, y muchos vislumbraron un buen porvenir para esa chica.
Más tarde, entre el 2001 y el 2004, protagonizaría algunas películas juveniles menores, entre ellas Ella Está Encantada (Ella Enchanted, 2004), una película en la misma sintonía que El Diario de la Princesa. En 2004, filmaría la secuela de la película antes mencionada, El Diario de la Princesa 2, con la cual cerraría su incursión en el cine bajo el amparo de Disney.

A partir de 2005 su carrera comenzaría un período de transición que contaría con
p
apeles en películas más jugadas. Una de ellas fue Perturbadas (Havoc, 2005), donde tuvo escenas que ya nada tenían que ver con las princesas y los cuentos de hadas.

Más tarde ese año vendría lo que sería su primer papel en grande en la multipremiada Secreto en la Montaña (Brokeback Mountain, 2005), donde hacía de esposa de Jake Gyllenhaal.
Quizás haya sido ese film el que la haya puesto en el ojo de la consideración pública, pero la que definitivamente la lanzaría a la fama es El Diablo Viste a la Moda (The Devil Wears Prada, 2006), donde compartió cartel con una de sus ídolas, la inmensa Meryl Streep, que hizo uno de sus papeles más reconocidos.

En el 2007 estuvo a punto de protagonizar Ligeramente Embarazada (Knocked Up, 2007), pero tras algunos desacuerdos con Judd Apatow, terminó saliéndose del proyecto y dejándole el lugar a Katherine Heigl. La única película en la que Hathaway trabajaría en ese año fue Amor Verdadero (Becoming Jane, 2007), donde hizo la gran Renée Zellweger y se calzó el acento británico para hacer de la escritora Jane Austen.

En el 2008, formaría parte de un tanque hollywoodense como El Superagente 86 (Get Smart, 2008), donde haría de la agente 99 junto al comediante Steve Carell. Ese año también formaría parte de La Boda de Rachel (Rachel Getting Married, 2008), película de Jonathan Demme que aquí en Argentina fue a parar directo a DVD pero que le valió una nominación al Oscar.

Curiosamente, el Oscar parece haber atentado en su contra ya que desde ese entonces ha tenido tropiezos como la intrascendente Pasajeros (Passengers, 2008), la pavota Guerra de Novias (Bride Wars, 2009) y la "girl movie" (y maltratada por la crítica) Día de los Enamorados (Valentine's Day, 2010).

Anne Hathaway es una chica linda y talentosa a la que pronto podremos ver en Alicia en el País de las Maravillas (Alice In Wonderland, 2010), el nuevo delirio de Tim Burton, y a la que realmente esperamos que empiece a calibrar mejor sus ideas para elegir películas porque realmente vale la pena verla en pantalla.

miércoles, 27 de enero de 2010

Crepúsculo (Twilight, 2008)



Fenómeno masivo adolescente. Con eso se podría decir todo... o no. Depende de dónde se lo mire. Harry Potter es un fenómeno masivo adolescente, y no por eso es malo. Al contrario, es una buena forma de que los niños y jóvenes se acerquen a la lectura. Pero hay diferencias notables entre la saga Harry Potter y la saga Crepúsculo, como por ejemplo, que una esté escrita por una maestra que no sólo tuvo una gran imaginación (y suerte, desde luego) sino que también tuvo las herramientas y la capacidad para plasmarlo, mientras que la otra esté hecha por... bueno, no quiero ser tan duro con esta chica Meyer.

¿Qué se podía esperar en su traspaso al cine? Prácticamente lo mismo. Diferencias muy grandes entre una y otra.

Mientras Harry Potter -con algunos altibajos, obvio- supo siempre mantenerse dentro del casillero de "superproducción" apostando a muy buenos efectos especiales y a un gran reparto que incluía -exceptuando claro a Maderín Radcliffe- al genial Alan Rickman, Gary Oldman, Ralph Fiennes, Maggie Smith y Emma Thompson, acá en Crepúsculo la pifiaron feo.
Primero y principal, el presupuesto de 37 millones de dólares (ya de por sí algo bajo comparado a Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001) que costó 125 millones de dólares) parece haber sido usado más que nada en publicidad y promoción del film. Los efectos especiales son muy rústicos y algo mediocres.
Por el lado del reparto, la tenemos a Kristen Stewart, que por más que aparezca al lado del actor que sea y en la película que sea, siempre habla y actúa de la misma forma, y si no es acompañada por un guión mínimamente decente, termina en offside como en esta película.
El resto del casting no pasa de lo medio pelo, y quizás la cara más conocida sea Peter Facinelli, que de movida no iba a formar parte de esto. También está la pseudo enfant terrible Nikki Reed, que según ella esta película le parecía demasiado naif "y que ella estaba para cosas más jugadas" como la sobrevalorada A los Trece (Thirteen, 2003).
Pero todas las luces se las lleva Robert Pattinson. El actor que todos quieren hacer creer que es el próximo Jude Law, o James Dean o Steve McQueen o quien sea es imposiblemente malo acá. Su cara de mármol inexpresiva y su tono de voz constante (no importa si está enojado o feliz, a punto de morir o viviendo el mejor momento de su vida... el muchacho habla SIEMPRE IGUAL) hacen que no se sepa exactamente qué le está pasando, salvo que aparezca un vampiro malo y nos demos cuenta de que está enojado protegiendo a su amada.

Sinceramente no sabía si tomarme en serio a esta película cuando la vi, y debo admitir que la vi hasta el final a pesar de mis críticas. Hablar de clichés es un despropósito, porque qué película es 100% original hoy en día... pero hay cosas que son imposibles, como las situaciones en las que Bella se ve envuelta, ¡no puede ser que le pase de todo y que siempre le pase cuando está el otro cerca! La química entre ambos roza el histeriqueo de colegio primario, y eso que ya están bastante creciditos como para que los hagan actuar de esa forma. Y si no se animan a jugársela, hagan como en las Harry Potter, que tienen menos romance que Rambo (2008) y la cosa pasa por otro lado y aun así son buenos productos.

Quizás el problema del film sea el guión, o la historia en que está basada, o en su directora, que alguien con un poco más de pericia hubiera hecho algo más decente. Tal es el caso de Harry Potter y El Prisionero de Azkabán (2004), donde contrataron a un gran director como Alfonso Cuarón y sacó una de las mejores de la saga del mago. O quizás, y esto es lo que estoy empezando a creer, el estudio no se preocupó mucho adrede, "total las pibas compran cualquier cosa".

Conclusión: Malos actores + guión malo + frases azucaradas + romance de outlet - ganas = Crepúsculo.

ORIGEN: USA
DIRECTOR: Catherine Hardwicke
INTÉRPRETES: Robert Pattinson, Kristen Stewart
DURACIÓN: 122 minutos

CALIFICACIÓN: MALA

martes, 26 de enero de 2010

Avatar (2009)






Y un buen día Cameron volvió al cine. Se tomó su tiempo, eh. 12 largos años, para los fanáticos como yo. ¿Cómo podía volver?

Historias de viajes en el tiempo ya había hecho, y por duplicado, revolucionando el cine (T-1000, ¿les suena?).

En el camino nos había hecho viajar a las profundidades del océano con El Abismo (The Abyss, 1989).

Después hizo una de acción a lo grande, Mentiras Verdaderas (True Lies, 1994), haciendo que su hasta ese entonces actor fetiche, el "Gobernador" Arnold Schwarzenegger ¡piloteara un Sea Harrier! en plena ciudad matando terroristas.

Y luego había metido una linda historia de amor en el barco más famoso y trágico de toda la historia, en Titanic (1997). Con esa barrió a todos en los Oscars y rompió récords convirtiéndola en la película que más había recaudado en la historia del cine, con 1.800 millones de dólares de ganancias.

Y luego dejó de dirigir. Ya lo había hecho todo. Se dedicó a producir documentales, y series como Dark Angel, que hiciera conocida a Jessica Alba.

Insisto... ¿cómo podía volver? Haciendo una película gigante, de esas que dan que hablar.

Avatar es un film raro. Por muchas cosas. Tiene demasiados elementos para analizar, y según el que tomemos, la criticaremos o la alabaremos.

La historia de Avatar es más o menos así: un marine lisiado es enviado como parte de un proyecto a un planeta remoto llamado Pandora, habitado por unos seres azules de tres metros de alto que adoran a la madre naturaleza. Nuestro amigo el marine se divide entre cumplir órdenes de su superior (y de la corporación detrás de este) y averiguar todo lo posible sobre un mineral que vale millones o tratar de interactuar con los habitantes a modo de intercambio cultural. Esto no lo hace como humano, sino que es "transferido" remotamente a un cuerpo azul diseñado para él. ¿Matrix? ¿Conectado y transferido? Me suena, me suena... En el camino, lo previsible: se enamora de una nativa, se adapta a la nueva cultura, "sos uno de los nuestros", "que te traiciono o no te traiciono", "que el mundo humano es salvaje", y tantas otras cosas más. ¿Danza con Lobos, El Último Samurai, El Último de los Mohicanos, Robin Hood? Y... de todo un poco hay.

La historia quizás sea lo más flojo de todos. Cameron parece haber apuntado todos sus cañones hacia la parte visual, y lo hizo magníficamente. La historia es un compendio de cosas ya vistas, hay partes previsibles y otras no muy explicadas, pero si le perdonamos ciertas cosas, se puede decir que le es "funcional" al relato, y en cierta forma evita que una trama hiper compleja nos distraiga de lo que hay que ver. Titanic era una historia de amor, también, con la premisa "chica rica y reprimida se enamora de chico pobre y aventurero", pero Cameron la hizo funcionar bien poniendo al Titanic de fondo.
En Avatar sucede lo mismo. Durante poco más de una hora la película es una exhibición visual de Cameron, un vehículo para mostrarnos la imagen más linda o el plano más perfecto. Y lo son. Las imágenes son imponentes, y gracias al 3D nos olvidamos de que es un mundo creado por computadora y que los Na'vi no son reales... nos metemos dentro de ese mundo, y es algo que se debe aplaudir. Cameron quiso crear un mundo nuevo y revolucionario y lo hizo. En ningún momento sentí que estaba en algo inventado. Me sucedió lo mismo que con la mencionada Titanic.

Como fanático de Cameron, también supe reconocer algunas cosas propias de él, lo que me llevó a creer que se copió a sí mismo. Sigourney Weaver tiene algunas cosas de la inolvidable Teniente Ripley de Aliens (1986). Giovanni Ribisi representa a la cara visible de la corporación que no le importa nada con tal de obtener lo que quiere, al igual que en Aliens lo hacía Paul Reiser. Michelle Rodriguez es la guerrera latina que también se vio en Aliens en la forma de la soldado Vasquez.
Y el villano. Muy clicheado. Es de esa clase de villano bondeano, de las Bond de la época de Roger Moore, ese "malo muy malo" que hasta es capaz de pegarle a la madre.

Podría buscarle mil defectos más, pero la quiero a esta película. Me cerró. Me gustó mucho. Quizás la hubiera amado si Cameron se la jugaba un poco más, como lo hizo Mel Gibson en La Pasión de Cristo (2004) o Apocalypto (2006), donde se hablaba el lenguaje que se tenía que hablar. Si Mel pudo hacer hablar en maya a los indígenas durante toda la película, ¿por qué Cameron tuvo que poner a los Na'vi a hablar inglés nivel First Certificate?

En definitiva, Avatar es una bisagra en la historia del cine. Como en su momento lo fue el traspaso del cine mudo al audio, del blanco y negro al color, o como lo fue Star Wars (1977) en materia de efectos especiales, Avatar va a ser referencia continua cuando hablemos de revolución en el cine.

Conclusión: un film que es casi una obligación verlo, magnífico visualmente, imponente desde la realización. No nos moverá el piso intelectualmente, pero seguramente no la olvidaremos.

ORIGEN: USA
DIRECTOR: James Cameron
INTÉRPRETES: Sam Worthington, Sigourney Weaver, Zoe Saldana
DURACIÓN: 162 minutos

CALIFICACIÓN: MUY BUENA (-)

jueves, 21 de enero de 2010

Clásicos del Cine: Dirty Dancing (1987)





I've had the time of my life.

Una frase famosa de una canción famosa de una película famosa.

Los '80s nos entregaron clásicos del cine que, si bien no tienen comparación con los considerados verdaderos clásicos del cine como Casablanca (1942), están presentes en nuestra memoria y no hay remake que pueda igualarlos.

Dirty Dancing se estrenó en 1987, y hoy por hoy es considerada una de las "películas para mujeres" más vistas, junto a otras como Mujer Bonita (Pretty Woman, 1990) o Grease (1978).

Esta película tiene algunas curiosidades que realmente la hacen más interesante de lo que se puede llegar a ver en la pantalla. A saber:

* Su presupuesto fue de 5 millones de dólares, muy por debajo de lo que se consideraba normal para la época, que eran 12 millones.

* La historia está basada en la vida real de su guionista, así que el film es una especie de biopic.

* Fue dirigida por un tal Emile Ardolino, que hacía su debut como director. Previamente había ganado un Oscar en 1983 por Mejor Documental.

* El coreógrafo de la película fue Kenny Ortega, un ex alumno del legendario Gene Kelly. ¿Quién es este Ortega? El mismísimo director de los éxitos juveniles de esta época, High School Musical.

* El rol de la protagonista lo obtuvo Jennifer Grey, bailarina e hija de Joel Grey, el maestro de ceremonias de Cabaret (1972).

* Como actor protagonista, en principio iba a ser Billy Zane (el malo de Titanic), que por entonces tenía 20 años. Durante los ensayos generales los productores vieron que entre los protagonistas había menos química que en el diario Olé, así que decidieron cambiar de actor. En su lugar eligieron a Patrick Swayze, de 34 años, que era un bailarín experimentado.

* El representante de Swayze no estaba conforme con el ofrecimiento. Swayze estaba conforme con las características del personaje, pero Jennifer Grey no quería saber nada con él. Ambos habían actuado juntos en 1984 en una película llamada Amanecer Rojo, donde se habían llevado pésimo y se guardaban un resentimiento mutuo.

* Una de las veteranas actrices que había sido contratada para hacer de la anciana cleptómana renunció al poco tiempo cuando se enteró de qué se trataba su personaje.

* El estudio apenas le dio a la producción dos semanas de ensayo y 44 días de filmación, lo que suponía un dolor de cabeza para todos debido a lo ajustado que era el tiempo disponible.


Todo parecía estar encaminado, pero en cierta forma algunos productores se mantenían escépticos. Habían logrado que Swayze y Grey hicieran una tregua en pos de hacer las cosas bien, y cuenta la historia que una vez que dejaban sus diferencias de lado, eran una pareja perfecta.

Todo parecía estar finalmente encaminado, pero no. Ni bien empezó la filmación, el clima los castigó severamente. Pasaban de una lluvia torrencial a temperaturas de 40°C, que entre maquinaria y luces y cámaras trepaba hasta los 49°C. Al menos diez personas por día debían ser hospitalizadas por esto, e incluso el mismísimo Patrick Swayze tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por una lesión en una rodilla.
Las demoras hicieron que la filmación se extendiera hasta el otoño, consecuentemente los encargados del arte tenían que pintar las hojas amarillas con aerosol verde.

Cuando se hizo la famosa escena donde los protagonistas practican en el agua, la temperatura había caído estrepitosamente hasta los 4°C. Más tarde, en algunas entrevistas, Grey diría que lo hizo "porque era joven y ambiciosa, pero había sido una experiencia horrible". Para colmo de males, la relación entre ella y Swayze había vuelto a deteriorarse, con lo cual los productores, el director y la guionista estaban seriamente preocupados, incluso más que antes, porque debían filmar las escenas románticas. En vista de esto, hicieron que ambos actores miraran los videos previos donde se llevaban bien y así firmaron otra tregua.

La filmación terminó dentro del presupuesto establecido, lo que había conformado a los productores, pero había otro problema más grave.
Una vez hecho el primer testeo de audiencia del primer corte de la película, se llegó a la conclusión de que iba a ser un desastre. El 39% del público no se había percatado de la subtrama sobre el aborto (yo me pregunto qué estaban mirando...), pero los que sí lo habían hecho eran los representantes de uno de los sponsors de la película, una crema antiacné. A los directivos les había gustado la película, y consideraban que estaba muy bien orientada al público adolescente, pero una vez que vieron que se trataba el tema del aborto, no lo consideraron apropiado para la imagen de la marca. A su vez, las reacciones de los productores ya eran fatalistas: uno de ellos le había sugerido al resto "que quemaran los negativos del film y cobraran el seguro" y otro había dicho "que estaría agradecido si cuando se estrenara nadie lo insultara".
Retirado el apoyo del sponsor principal, y retirado el apoyo de la distribuidora, la idea de los productores era proyectarla un par de semanas para luego inmediatamente mandarla a video.

Sin embargo, una vez estrenada, fue bastante bien recibida por la crítica. Y con respecto a las audiencias, en lugar de atraer adolescentes, atrajo al público adulto, y gracias a la promoción de boca en boca, se convirtió en uno de los mayores éxitos cinematográficos de 1987, recaudando algo así como 170 millones de dólares mundialmente.
El éxito de la película siguió en aumento, y en 1988 se convirtió en el primer estreno en video en vender 1 millón de copias. También obtuvo un Oscar y un Globo de Oro por Mejor Canción, el clásico interpretado por Bill Medley y Jennifer Warnes. También popularizó la frase "Nobody puts Baby in a corner", referenciada en numerosas series.

Dirty Dancing cambió radicalmente las vidas de los protagonistas, pero increíblemente su éxito en el film fue como una especie de maldición. El recientemente fallecido Patrick Swayze apenas gozó de dos éxitos, Ghost (1990) y Punto Límite (Point Break, 1991), pero la mayoría de sus trabajos posteriores fueron fracasos. Quedó encasillado en el personaje, y las parodias hacia él se sumaban continuamente. Jennifer Grey decidió cambiar su apariencia sometiéndose a una rinoplastía, pero se volvió tan irreconocible que desapareció de la faz de la tierra hollywoodense.
La productora de la película se declaró en bancarrota en 1990, ya que a pesar de las ganacias que este film le había generado sucumbió ante una serie de fracasos que la llevaron a desaparecer. Y por último, el director, confeso gay, falleció de sida un par de años después, sin poder hacer despegar su carrera.

Dirty Dancing tendría años después una suerte de precuela, llamada Dirty Dancing: Havana Nights (2004), con el mexicano Diego Luna como protagonista, que se situaba en la ciudad cubana durante la revolución de 1959. Como curiosidad, Patrick Swayze cobró por su cameo en la película (¡su cameo!) 5 millones de dólares, muy lejos de los 200.000 que cobró por protagonizar la primera. Dirty Dancing también tuvo una versión teatral.

En fin, Dirty Dancing hoy por hoy es un clásico, al punto que algunos aventureros la llaman "la Star Wars de las mujeres". Un tanto exagerado, pero esta película definitivamente se ganó mi simpatía.