viernes, 29 de enero de 2010

Beauties del Cine: Anne Hathaway


"Anne Hathaway es la mina que te cruzás en el subte en la estación Catedral", fue la mejor definición que escuché sobre esta actriz.

Anne Hathaway (12/11/1982), la actriz de la sonrisa interminable, debutó en la pantalla grande de la mano de Disney en El Diario de la Princesa (The Princess Diaries, 2001), película que como todo film salido de la factoría que trate el tema de las princesas, resultó exitoso. Hathaway recibió elogiosos comentarios, y muchos vislumbraron un buen porvenir para esa chica.
Más tarde, entre el 2001 y el 2004, protagonizaría algunas películas juveniles menores, entre ellas Ella Está Encantada (Ella Enchanted, 2004), una película en la misma sintonía que El Diario de la Princesa. En 2004, filmaría la secuela de la película antes mencionada, El Diario de la Princesa 2, con la cual cerraría su incursión en el cine bajo el amparo de Disney.

A partir de 2005 su carrera comenzaría un período de transición que contaría con
p
apeles en películas más jugadas. Una de ellas fue Perturbadas (Havoc, 2005), donde tuvo escenas que ya nada tenían que ver con las princesas y los cuentos de hadas.

Más tarde ese año vendría lo que sería su primer papel en grande en la multipremiada Secreto en la Montaña (Brokeback Mountain, 2005), donde hacía de esposa de Jake Gyllenhaal.
Quizás haya sido ese film el que la haya puesto en el ojo de la consideración pública, pero la que definitivamente la lanzaría a la fama es El Diablo Viste a la Moda (The Devil Wears Prada, 2006), donde compartió cartel con una de sus ídolas, la inmensa Meryl Streep, que hizo uno de sus papeles más reconocidos.

En el 2007 estuvo a punto de protagonizar Ligeramente Embarazada (Knocked Up, 2007), pero tras algunos desacuerdos con Judd Apatow, terminó saliéndose del proyecto y dejándole el lugar a Katherine Heigl. La única película en la que Hathaway trabajaría en ese año fue Amor Verdadero (Becoming Jane, 2007), donde hizo la gran Renée Zellweger y se calzó el acento británico para hacer de la escritora Jane Austen.

En el 2008, formaría parte de un tanque hollywoodense como El Superagente 86 (Get Smart, 2008), donde haría de la agente 99 junto al comediante Steve Carell. Ese año también formaría parte de La Boda de Rachel (Rachel Getting Married, 2008), película de Jonathan Demme que aquí en Argentina fue a parar directo a DVD pero que le valió una nominación al Oscar.

Curiosamente, el Oscar parece haber atentado en su contra ya que desde ese entonces ha tenido tropiezos como la intrascendente Pasajeros (Passengers, 2008), la pavota Guerra de Novias (Bride Wars, 2009) y la "girl movie" (y maltratada por la crítica) Día de los Enamorados (Valentine's Day, 2010).

Anne Hathaway es una chica linda y talentosa a la que pronto podremos ver en Alicia en el País de las Maravillas (Alice In Wonderland, 2010), el nuevo delirio de Tim Burton, y a la que realmente esperamos que empiece a calibrar mejor sus ideas para elegir películas porque realmente vale la pena verla en pantalla.

miércoles, 27 de enero de 2010

Crepúsculo (Twilight, 2008)



Fenómeno masivo adolescente. Con eso se podría decir todo... o no. Depende de dónde se lo mire. Harry Potter es un fenómeno masivo adolescente, y no por eso es malo. Al contrario, es una buena forma de que los niños y jóvenes se acerquen a la lectura. Pero hay diferencias notables entre la saga Harry Potter y la saga Crepúsculo, como por ejemplo, que una esté escrita por una maestra que no sólo tuvo una gran imaginación (y suerte, desde luego) sino que también tuvo las herramientas y la capacidad para plasmarlo, mientras que la otra esté hecha por... bueno, no quiero ser tan duro con esta chica Meyer.

¿Qué se podía esperar en su traspaso al cine? Prácticamente lo mismo. Diferencias muy grandes entre una y otra.

Mientras Harry Potter -con algunos altibajos, obvio- supo siempre mantenerse dentro del casillero de "superproducción" apostando a muy buenos efectos especiales y a un gran reparto que incluía -exceptuando claro a Maderín Radcliffe- al genial Alan Rickman, Gary Oldman, Ralph Fiennes, Maggie Smith y Emma Thompson, acá en Crepúsculo la pifiaron feo.
Primero y principal, el presupuesto de 37 millones de dólares (ya de por sí algo bajo comparado a Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001) que costó 125 millones de dólares) parece haber sido usado más que nada en publicidad y promoción del film. Los efectos especiales son muy rústicos y algo mediocres.
Por el lado del reparto, la tenemos a Kristen Stewart, que por más que aparezca al lado del actor que sea y en la película que sea, siempre habla y actúa de la misma forma, y si no es acompañada por un guión mínimamente decente, termina en offside como en esta película.
El resto del casting no pasa de lo medio pelo, y quizás la cara más conocida sea Peter Facinelli, que de movida no iba a formar parte de esto. También está la pseudo enfant terrible Nikki Reed, que según ella esta película le parecía demasiado naif "y que ella estaba para cosas más jugadas" como la sobrevalorada A los Trece (Thirteen, 2003).
Pero todas las luces se las lleva Robert Pattinson. El actor que todos quieren hacer creer que es el próximo Jude Law, o James Dean o Steve McQueen o quien sea es imposiblemente malo acá. Su cara de mármol inexpresiva y su tono de voz constante (no importa si está enojado o feliz, a punto de morir o viviendo el mejor momento de su vida... el muchacho habla SIEMPRE IGUAL) hacen que no se sepa exactamente qué le está pasando, salvo que aparezca un vampiro malo y nos demos cuenta de que está enojado protegiendo a su amada.

Sinceramente no sabía si tomarme en serio a esta película cuando la vi, y debo admitir que la vi hasta el final a pesar de mis críticas. Hablar de clichés es un despropósito, porque qué película es 100% original hoy en día... pero hay cosas que son imposibles, como las situaciones en las que Bella se ve envuelta, ¡no puede ser que le pase de todo y que siempre le pase cuando está el otro cerca! La química entre ambos roza el histeriqueo de colegio primario, y eso que ya están bastante creciditos como para que los hagan actuar de esa forma. Y si no se animan a jugársela, hagan como en las Harry Potter, que tienen menos romance que Rambo (2008) y la cosa pasa por otro lado y aun así son buenos productos.

Quizás el problema del film sea el guión, o la historia en que está basada, o en su directora, que alguien con un poco más de pericia hubiera hecho algo más decente. Tal es el caso de Harry Potter y El Prisionero de Azkabán (2004), donde contrataron a un gran director como Alfonso Cuarón y sacó una de las mejores de la saga del mago. O quizás, y esto es lo que estoy empezando a creer, el estudio no se preocupó mucho adrede, "total las pibas compran cualquier cosa".

Conclusión: Malos actores + guión malo + frases azucaradas + romance de outlet - ganas = Crepúsculo.

ORIGEN: USA
DIRECTOR: Catherine Hardwicke
INTÉRPRETES: Robert Pattinson, Kristen Stewart
DURACIÓN: 122 minutos

CALIFICACIÓN: MALA

martes, 26 de enero de 2010

Avatar (2009)






Y un buen día Cameron volvió al cine. Se tomó su tiempo, eh. 12 largos años, para los fanáticos como yo. ¿Cómo podía volver?

Historias de viajes en el tiempo ya había hecho, y por duplicado, revolucionando el cine (T-1000, ¿les suena?).

En el camino nos había hecho viajar a las profundidades del océano con El Abismo (The Abyss, 1989).

Después hizo una de acción a lo grande, Mentiras Verdaderas (True Lies, 1994), haciendo que su hasta ese entonces actor fetiche, el "Gobernador" Arnold Schwarzenegger ¡piloteara un Sea Harrier! en plena ciudad matando terroristas.

Y luego había metido una linda historia de amor en el barco más famoso y trágico de toda la historia, en Titanic (1997). Con esa barrió a todos en los Oscars y rompió récords convirtiéndola en la película que más había recaudado en la historia del cine, con 1.800 millones de dólares de ganancias.

Y luego dejó de dirigir. Ya lo había hecho todo. Se dedicó a producir documentales, y series como Dark Angel, que hiciera conocida a Jessica Alba.

Insisto... ¿cómo podía volver? Haciendo una película gigante, de esas que dan que hablar.

Avatar es un film raro. Por muchas cosas. Tiene demasiados elementos para analizar, y según el que tomemos, la criticaremos o la alabaremos.

La historia de Avatar es más o menos así: un marine lisiado es enviado como parte de un proyecto a un planeta remoto llamado Pandora, habitado por unos seres azules de tres metros de alto que adoran a la madre naturaleza. Nuestro amigo el marine se divide entre cumplir órdenes de su superior (y de la corporación detrás de este) y averiguar todo lo posible sobre un mineral que vale millones o tratar de interactuar con los habitantes a modo de intercambio cultural. Esto no lo hace como humano, sino que es "transferido" remotamente a un cuerpo azul diseñado para él. ¿Matrix? ¿Conectado y transferido? Me suena, me suena... En el camino, lo previsible: se enamora de una nativa, se adapta a la nueva cultura, "sos uno de los nuestros", "que te traiciono o no te traiciono", "que el mundo humano es salvaje", y tantas otras cosas más. ¿Danza con Lobos, El Último Samurai, El Último de los Mohicanos, Robin Hood? Y... de todo un poco hay.

La historia quizás sea lo más flojo de todos. Cameron parece haber apuntado todos sus cañones hacia la parte visual, y lo hizo magníficamente. La historia es un compendio de cosas ya vistas, hay partes previsibles y otras no muy explicadas, pero si le perdonamos ciertas cosas, se puede decir que le es "funcional" al relato, y en cierta forma evita que una trama hiper compleja nos distraiga de lo que hay que ver. Titanic era una historia de amor, también, con la premisa "chica rica y reprimida se enamora de chico pobre y aventurero", pero Cameron la hizo funcionar bien poniendo al Titanic de fondo.
En Avatar sucede lo mismo. Durante poco más de una hora la película es una exhibición visual de Cameron, un vehículo para mostrarnos la imagen más linda o el plano más perfecto. Y lo son. Las imágenes son imponentes, y gracias al 3D nos olvidamos de que es un mundo creado por computadora y que los Na'vi no son reales... nos metemos dentro de ese mundo, y es algo que se debe aplaudir. Cameron quiso crear un mundo nuevo y revolucionario y lo hizo. En ningún momento sentí que estaba en algo inventado. Me sucedió lo mismo que con la mencionada Titanic.

Como fanático de Cameron, también supe reconocer algunas cosas propias de él, lo que me llevó a creer que se copió a sí mismo. Sigourney Weaver tiene algunas cosas de la inolvidable Teniente Ripley de Aliens (1986). Giovanni Ribisi representa a la cara visible de la corporación que no le importa nada con tal de obtener lo que quiere, al igual que en Aliens lo hacía Paul Reiser. Michelle Rodriguez es la guerrera latina que también se vio en Aliens en la forma de la soldado Vasquez.
Y el villano. Muy clicheado. Es de esa clase de villano bondeano, de las Bond de la época de Roger Moore, ese "malo muy malo" que hasta es capaz de pegarle a la madre.

Podría buscarle mil defectos más, pero la quiero a esta película. Me cerró. Me gustó mucho. Quizás la hubiera amado si Cameron se la jugaba un poco más, como lo hizo Mel Gibson en La Pasión de Cristo (2004) o Apocalypto (2006), donde se hablaba el lenguaje que se tenía que hablar. Si Mel pudo hacer hablar en maya a los indígenas durante toda la película, ¿por qué Cameron tuvo que poner a los Na'vi a hablar inglés nivel First Certificate?

En definitiva, Avatar es una bisagra en la historia del cine. Como en su momento lo fue el traspaso del cine mudo al audio, del blanco y negro al color, o como lo fue Star Wars (1977) en materia de efectos especiales, Avatar va a ser referencia continua cuando hablemos de revolución en el cine.

Conclusión: un film que es casi una obligación verlo, magnífico visualmente, imponente desde la realización. No nos moverá el piso intelectualmente, pero seguramente no la olvidaremos.

ORIGEN: USA
DIRECTOR: James Cameron
INTÉRPRETES: Sam Worthington, Sigourney Weaver, Zoe Saldana
DURACIÓN: 162 minutos

CALIFICACIÓN: MUY BUENA (-)

jueves, 21 de enero de 2010

Clásicos del Cine: Dirty Dancing (1987)





I've had the time of my life.

Una frase famosa de una canción famosa de una película famosa.

Los '80s nos entregaron clásicos del cine que, si bien no tienen comparación con los considerados verdaderos clásicos del cine como Casablanca (1942), están presentes en nuestra memoria y no hay remake que pueda igualarlos.

Dirty Dancing se estrenó en 1987, y hoy por hoy es considerada una de las "películas para mujeres" más vistas, junto a otras como Mujer Bonita (Pretty Woman, 1990) o Grease (1978).

Esta película tiene algunas curiosidades que realmente la hacen más interesante de lo que se puede llegar a ver en la pantalla. A saber:

* Su presupuesto fue de 5 millones de dólares, muy por debajo de lo que se consideraba normal para la época, que eran 12 millones.

* La historia está basada en la vida real de su guionista, así que el film es una especie de biopic.

* Fue dirigida por un tal Emile Ardolino, que hacía su debut como director. Previamente había ganado un Oscar en 1983 por Mejor Documental.

* El coreógrafo de la película fue Kenny Ortega, un ex alumno del legendario Gene Kelly. ¿Quién es este Ortega? El mismísimo director de los éxitos juveniles de esta época, High School Musical.

* El rol de la protagonista lo obtuvo Jennifer Grey, bailarina e hija de Joel Grey, el maestro de ceremonias de Cabaret (1972).

* Como actor protagonista, en principio iba a ser Billy Zane (el malo de Titanic), que por entonces tenía 20 años. Durante los ensayos generales los productores vieron que entre los protagonistas había menos química que en el diario Olé, así que decidieron cambiar de actor. En su lugar eligieron a Patrick Swayze, de 34 años, que era un bailarín experimentado.

* El representante de Swayze no estaba conforme con el ofrecimiento. Swayze estaba conforme con las características del personaje, pero Jennifer Grey no quería saber nada con él. Ambos habían actuado juntos en 1984 en una película llamada Amanecer Rojo, donde se habían llevado pésimo y se guardaban un resentimiento mutuo.

* Una de las veteranas actrices que había sido contratada para hacer de la anciana cleptómana renunció al poco tiempo cuando se enteró de qué se trataba su personaje.

* El estudio apenas le dio a la producción dos semanas de ensayo y 44 días de filmación, lo que suponía un dolor de cabeza para todos debido a lo ajustado que era el tiempo disponible.


Todo parecía estar encaminado, pero en cierta forma algunos productores se mantenían escépticos. Habían logrado que Swayze y Grey hicieran una tregua en pos de hacer las cosas bien, y cuenta la historia que una vez que dejaban sus diferencias de lado, eran una pareja perfecta.

Todo parecía estar finalmente encaminado, pero no. Ni bien empezó la filmación, el clima los castigó severamente. Pasaban de una lluvia torrencial a temperaturas de 40°C, que entre maquinaria y luces y cámaras trepaba hasta los 49°C. Al menos diez personas por día debían ser hospitalizadas por esto, e incluso el mismísimo Patrick Swayze tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por una lesión en una rodilla.
Las demoras hicieron que la filmación se extendiera hasta el otoño, consecuentemente los encargados del arte tenían que pintar las hojas amarillas con aerosol verde.

Cuando se hizo la famosa escena donde los protagonistas practican en el agua, la temperatura había caído estrepitosamente hasta los 4°C. Más tarde, en algunas entrevistas, Grey diría que lo hizo "porque era joven y ambiciosa, pero había sido una experiencia horrible". Para colmo de males, la relación entre ella y Swayze había vuelto a deteriorarse, con lo cual los productores, el director y la guionista estaban seriamente preocupados, incluso más que antes, porque debían filmar las escenas románticas. En vista de esto, hicieron que ambos actores miraran los videos previos donde se llevaban bien y así firmaron otra tregua.

La filmación terminó dentro del presupuesto establecido, lo que había conformado a los productores, pero había otro problema más grave.
Una vez hecho el primer testeo de audiencia del primer corte de la película, se llegó a la conclusión de que iba a ser un desastre. El 39% del público no se había percatado de la subtrama sobre el aborto (yo me pregunto qué estaban mirando...), pero los que sí lo habían hecho eran los representantes de uno de los sponsors de la película, una crema antiacné. A los directivos les había gustado la película, y consideraban que estaba muy bien orientada al público adolescente, pero una vez que vieron que se trataba el tema del aborto, no lo consideraron apropiado para la imagen de la marca. A su vez, las reacciones de los productores ya eran fatalistas: uno de ellos le había sugerido al resto "que quemaran los negativos del film y cobraran el seguro" y otro había dicho "que estaría agradecido si cuando se estrenara nadie lo insultara".
Retirado el apoyo del sponsor principal, y retirado el apoyo de la distribuidora, la idea de los productores era proyectarla un par de semanas para luego inmediatamente mandarla a video.

Sin embargo, una vez estrenada, fue bastante bien recibida por la crítica. Y con respecto a las audiencias, en lugar de atraer adolescentes, atrajo al público adulto, y gracias a la promoción de boca en boca, se convirtió en uno de los mayores éxitos cinematográficos de 1987, recaudando algo así como 170 millones de dólares mundialmente.
El éxito de la película siguió en aumento, y en 1988 se convirtió en el primer estreno en video en vender 1 millón de copias. También obtuvo un Oscar y un Globo de Oro por Mejor Canción, el clásico interpretado por Bill Medley y Jennifer Warnes. También popularizó la frase "Nobody puts Baby in a corner", referenciada en numerosas series.

Dirty Dancing cambió radicalmente las vidas de los protagonistas, pero increíblemente su éxito en el film fue como una especie de maldición. El recientemente fallecido Patrick Swayze apenas gozó de dos éxitos, Ghost (1990) y Punto Límite (Point Break, 1991), pero la mayoría de sus trabajos posteriores fueron fracasos. Quedó encasillado en el personaje, y las parodias hacia él se sumaban continuamente. Jennifer Grey decidió cambiar su apariencia sometiéndose a una rinoplastía, pero se volvió tan irreconocible que desapareció de la faz de la tierra hollywoodense.
La productora de la película se declaró en bancarrota en 1990, ya que a pesar de las ganacias que este film le había generado sucumbió ante una serie de fracasos que la llevaron a desaparecer. Y por último, el director, confeso gay, falleció de sida un par de años después, sin poder hacer despegar su carrera.

Dirty Dancing tendría años después una suerte de precuela, llamada Dirty Dancing: Havana Nights (2004), con el mexicano Diego Luna como protagonista, que se situaba en la ciudad cubana durante la revolución de 1959. Como curiosidad, Patrick Swayze cobró por su cameo en la película (¡su cameo!) 5 millones de dólares, muy lejos de los 200.000 que cobró por protagonizar la primera. Dirty Dancing también tuvo una versión teatral.

En fin, Dirty Dancing hoy por hoy es un clásico, al punto que algunos aventureros la llaman "la Star Wars de las mujeres". Un tanto exagerado, pero esta película definitivamente se ganó mi simpatía.

martes, 12 de enero de 2010

Desastres Cinematográficos: Waterworld (1995)


Caso paradigmático si los hay de desastres cinematográficos, donde se conjugaron una apuesta arriesgadísima, una temática que mal tomada puede ser un desastre y egos hollywoodenses que puede llevar al más grande de los barcos (y no tiene nada que ver con la temática subacuática de la película) a convertirse en un Titanic fílmico.

Waterworld había estado en desarrollo desde el año 1986, hasta que Kevin Costner decidió darle su apoyo al proyecto y el estudio correspondiente decidió darle luz verde ya que una estrella de primerísimo nivel les aseguraría ganancias exponenciales e inmediatas.

Los pergaminos con los que contaba Costner por entonces no eran para nada despreciables: ganador del Oscar como director y por Mejor Película con la hiper exitosa Danza Con Lobos (Dances With Wolves, 1990) y el éxito de público de El Guardaespaldas (The Bodyguard, 1992), sumado a su colaboración junto al siempre elaborador de conspiraciones Oliver Stone en JFK (1991).

Costner no sería el director de Waterworld, sino su amigo Kevin Reynolds, que junto a Kevin habían formado una dupla ultra exitosa en la adaptación del clásico Robin Hood, en 1991.
Waterworld era un proyecto ambicioso, que por aquella época convirtió a la película en la más cara de la historia, superando los 175 millones de dólares. Para dicho proyecto se construyó un set especial y muy caro en Hawai, set que hizo que gran parte del presupuesto se fuera a la basura (o al agua, en este caso), ya que un huracán lo destruyó por completo ocasionando la pérdida total del mismo.
Problema mayor, ya que el estudio había autorizado un presupuesto de 100 millones de dólares que se vio claramente superado al tener que reconstruir todo. Pero ese no fue el único problema: uno de los dobles de Costner se perdió por varias horas en pleno océano mientras manejaba en su moto de agua; otro doble de Costner casi pierde la vida pero se salvó de milagro de ahogarse y varios actores fueron atacados por criaturas marinas.

Pero además, en el medio de todo esto, Joss Whedon, creador entre otras cosas de la película de ciencia ficción de culto Serenity renunció al poco tiempo de haber comenzado la filmación ya que su guión había sido retocado más de lo que él quería. También fue despedido el compositor original de la banda sonora ya que Costner consideraba que no estaba a la altura de las circunstancias. Y como frutilla del postre, Reynolds y Costner se pelearon y el director abandonó el set teniendo Costner que terminar la película. Eso marcó el final de su amistad. Cuenta la historia que una vez que se bajó la persiana, Kevin Costner había trabajado 157 días, 6 días a la semana. Como quien dice, estaba jugadísimo con esta película.

La cuestión es que una vez estrenada fue duramente atacada, y en la taquilla fracasó. Recién pudo recuperar algo cuando se estrenó en VHS y posteriormente en DVD, pero lo que no se pudo recuperar en lo absoluto fue la reputación y el éxito de Costner, que para rematarla, dos años más tarde haría El Mensajero (The Postman, 1997), que ¡oh casualidad! era otra historia post-apocalíptica. El tono acorde a la carrera de Costner.

Pero hubo alguien que ganó con todo este mamarracho: Hawai, que embolsó más de 35 millones de dólares explotando la fama de la película.

Hoy pareciera que la carrera de Kevin Costner está saliendo del fondo del mar, pero va a ser muy difícil que llegue a ser lo que fue. Salvo que aparezca Tarantino y haga la gran John Travolta, ¿no?


lunes, 11 de enero de 2010

Las Muñecas Rusas (Les Poupées Russes, 2005)



Cuando retomamos este blog en octubre del año pasado, lo reabrimos con una crítica de aquella agradable película francesa llamada Piso Compartido, del 2002. La misma tenía un final abierto, lo que prometía una secuela en el futuro. Dicha secuela tuvo su estreno en el año 2005 bajo el título Las Muñecas Rusas (Les Poupées Russes), con igual resultado que la anterior.

Las Muñecas Rusas retoma la vida del protagonista de la anterior, el joven francés llamado Xavier, y sus aventuras por Europa de la mano de sus excéntricos amigos extranjeros. Si en Piso Compartido todo era sobre la juventud y conocer nuevos mundos y nuevos amigos y vivir experiencias inolvidables, Las Muñecas Rusas se pone algo más "seria" ya que aborda la famosa crisis de los 30 que nuestros personajes sufren. Porque ya pasaron casi 5 años de aquella experiencia conjunta, y ahora todo se trata sobre enfrentar los desafíos de la vida.

En esta ocasión Xavier (Romain Duris) ya es un escritor totalmente dedicado. Realizó un par de trabajos para televisión escribiendo guiones basados en historias románticas "de las que le gusta al público en general" y alguna que otra autobiografía de alguna que otra celebridad. Mientras hace esto, su vida transita por los caminos de compartir ciertos momentos de su vida junto a su ex novia Martine (Audrey "Amelie" Tautou), que ahora tiene un hijo, y su amiga lesbiana, y deambula de relación en relación mientras su abuelo le pide insistentemente que le presente a su novia.

A lo largo de la historia -contada de nuevo a través de constantes flashbacks, imágenes superpuestas y la pantalla dividida- vemos cómo Xavier retomará de una forma muy especial su amistad con la inglesita Wendy (Kelly Reilly) y volverá a reunirse junto a sus viejos amigos en nada más ni nada menos que la ciudad de San Petersburgo, en ocasión de la boda del hermano de Wendy, que conoció a una bailarina de ballet rusa.

El director, de nuevo Cedric Klapisch, realiza una especie de autobiografía con un claro estilo videoclipero (al estilo Danny Boyle o Guy Ritchie) donde nos demuestra que para el romance no existen las barreras idiomáticas ni las distancias. En Las Muñecas Rusas, podría decirse que Klapisch apela un poco más a las emociones que al sentido aventurero del espectador, pero no por eso se trata de un drama meloso ni mucho menos. La fotografía es muy buena, y es admirable el uso de las locaciones para contar la historia. Historia que no decae -a pesar de algunos momentos en los que pareciera que sí- y que parece confirmar el muy buen pulso narrativo de este director.

Quizás podría criticársele el hecho de que nuestro protagonista tiene suerte -mucha suerte- ¡ya que todas las mujeres que le tocan están muy buenas! y en el mundo real eso no pareciera ser cierto... pero por otro lado nos demuestra que el resto de los mortales tenemos las mismas chances. Xavier gana por lo que es... y no precisamente por ser Josh Hartnett.

Conclusión: una muy agradable película que nos hace esperar con ganas una tercera parte, si es que la va a haber. Muy recomendable.

ORIGEN: Francia / Reino Unido
DIRECTOR: Cedric Klapisch
INTÉRPRETES: Romain Duris, Audrey Tautou, Kelly Reilly
DURACIÓN: 126 minutos

CALIFICACIÓN: MUY BUENA (-)


martes, 5 de enero de 2010

The Hurt Locker (2008)


Esta película, como su directora, son casos extraños dentro del cine.

Kathryn Bigelow ha sabido hacerse un nombre dentro del cine filmando películas no convencionales para una mujer, como lo son las de acción, terror o ciencia ficción. A diferencia de otras directoras conocidas como Nora Ephron (de la insípida Tienes Un Email, de 1998) o Nancy Meyers (Alguien Tiene que Ceder, 2003), por sólo nombrar a algunas, que se dedicaron a comedias "para mujeres", Bigelow se caracterizó siempre por trabajar en géneros exclusivamente reservados para hombres. Y lo ha hecho con éxito, estilo y firmeza.

Entre sus títulos más conocidos está Punto Límite (Point Break, 1991), esa película stylish de surfistas y criminales que se volvió ya un clásico para los amantes del género. Después de sufrir un revés con la película K-19 (2002), incursionó en un género impensado para una mujer: el cine bélico.

The Hurt Locker (2008) no es una típica película de guerra. En este caso, trata sobre una de las tantas guerras en las que está metido EE.UU., la ya emblemática Guerra de Irak. El film trata sobre un escuadrón antibombas que trabaja incansablemente en las calles de Bagdad, con todo lo que eso significa. La historia en sí comienza cuando un miembro del equipo muere durante su trabajo y el sargento William James es asignado en su reemplazo. Este muchacho, interpretado excelentemente por un hasta ahora poco conocido Jeremy Renner, es el mejor en lo que hace, pero sus técnicas un tanto "kamikazes" ponen en riesgo al resto del equipo. El carácter de James se debe un poco a su propio egocentrismo y soberbia, producto de su capacidad para el trabajo, y un poco también de las consecuencias propias de la guerra. Parece ser un tanto inestable e indescifrable al mismo tiempo.

El film narra también los conflictos de sus compañeros de equipo, en especial del sargento Sanborn, un soldado negro que la naturaleza de su trabajo lo está quebrando emocionalmente y lo está comenzando a demostrar, y de Eldridge, un especialista en constante conflicto emocional, que cada vez más necesita el soporte de su psicólogo y cuenta los minutos para abandonar todo definitivamente.

The Hurt Locker trata inteligentemente los conflictos de la guerra, y Bigelow sabe cómo crear el suspenso necesario. Con cada trabajo, crece la expectativa sobre lo que va a suceder, y la tensión es muy bien manejada por la directora mediante largos silencios y ángulos que nos hace pensar que el desastre es inminente. Bigelow plantea una idea latente que es cómo actuar en un lugar hostil donde cada persona que se acerca puede ser un potencial enemigo. ¿Cómo se actúa en esos casos? ¿Son justificables los desequilibrios emocionales que sufren los protagonistas? Este film tiene mucha tela para cortar.

Hay opiniones muy encontradas con respecto a esta película. Los críticos parecen amarla. Es más, está nominada para los Globos de Oro como Mejor Película y Mejor Director, y dado los antecedentes inmediatos de premiaciones en EE.UU., parece un número puesto para recibir el premio. Los mismo sucede con los Oscar (recordemos que los Globo de Oro suelen marcar el curso de las nominaciones al Oscar por lo general), para lo cual esta película parece una fuerte candidata en estos dos rubros. ¿Motivos? Un tema como la guerra, contado de forma "seria", en la línea de films como La Conspiración (In The Valley Of Elah, 2007) de Paul Haggis, o Ausente (Stop-Loss, 2008), donde se muestra a la guerra como algo más que escenas de batallas.
Pero por otra parte, siempre que se trata una temática como esta, queda el halo de misterio sobre si cumple funciones de propaganda pro-guerra o no. A veces, se parece enaltecer la figura de los soldados americanos y mostrarlos como héroes y víctimas al mismo tiempo y que todo aquel que tiene cara de árabe es un enemigo o terrorista.

The Hurt Locker merece ser tomada como lo que es, una buena película, bien filmada, bien realizada, y si uno queda conforme con el mensaje o no, es otra cosa.

Conclusión: un buen drama sobre la guerra que decepcionará a los que esperen batallas y tiroteos.

ORIGEN: USA
DIRECTOR: Kathryn Bigelow
INTÉRPRETES: Jeremy Renner, Ralph Fiennes, Guy Pearce
DURACIÓN: 131 minutos

CALIFICACIÓN: BUENA


PD: hoy, jueves 1/4/2010, quisiera hacer un comentario más sobre esta película. Me pareció una locura que gane como Mejor Película, porque no lo es. Después de una segunda mirada, no es más que una sucesión de imágenes sobre lo orgulloso que hay que estar de que el pueblo yanqui esté representado en una guerra. Los comentarios de Bigelow y Mark Boal (guionista) durante la entrega de los Oscar fue lamentable. No es más que otra película en la línea de Vuelo 93, de Paul Greengrass, que a pesar de estar bien hecha, no deja de ser una gran botella de humo. Aclaro una vez más que mi crítica fue desde el punto de vista fílmico, desde la realización.