Hoy hablaremos de un director relativamente joven (44 años), pero casi casi nuevo en el mundo cinematográfico. En esta sección veníamos repasando las carreras de prolíficos cineastas como Spielberg y Verhoeven, así que decidí echarle un vistazo a esta promesa del cine de hoy.
Zack Snyder comenzó su carrera filmando comerciales, algo muy común en Hollywood. Los hizo para BMW, Audi, Nike y Nissan.
En el año 2004, saltaría a la fama al hacer la remake (¿la mejor, lejos, de todas las que se vienen haciendo, quizás?) de El Amanecer de los Muertos (Dawn of the Dead, 1978), uno de los famosos filmes de George Romero sobre zombies y muertos vivientes. La remake resultó sorprendentemente buena, fue una película cargada de tensión y terror, y con un estilo visual más que interesante. En su momento Romero (considerado una institución dentro del género, pero yo no lo veo así, fue un pionero pero se volvió repetitivo en sus trabajos) mostró su desagrado respecto a la versión de Snyder. Es que en la nueva versión falta quizás ese humor romereano que tenían las viejas versiones. Pero cabe destacar que Snyder la volvió más realista, ya que en las de Romero los zombies eran una excusa para que los yanquis se divirtieran usando lo que más les gusta, o sea, las armas.
Después de recibir muy buenas críticas, y de captar la atención de varios productores, Snyder decidió seguir los pasos de Robert Rodriguez y adaptó a la pantalla grande una de las grandes obras de Frank Miller: el comic 300.
Así que en el año 2007, 300 se convirtió en el mayor éxito de taquilla de Snyder hasta la fecha, recaudando millones de dólares y provocando el baboseo del público femenino por los marcados abdominales de los 300 espartanos, en especial de Gerard Butler, que pasó de ser un tipo con pinta de pendenciero de bar a galán.
En 300, Snyder hizo uso y abuso (pero del bueno) para reconstruir cuadro por cuadro el comic original, tal como lo hiciera Rodriguez con Sin City (2005). Logró darle a la película un estilo visual impactante, y más allá de los gritos y la exaltación testosterónica, logró forjar un estilo de filmación de escenas de acción muy particular.
Ese estilo (una mezcla de videoclip y ralentización de la cámara en lugar de los múltiples planos que utilizan otros directores, sumado a una banda sonora creadora de un ambiente único) se vería plasmado notoriamente en Watchmen (2009), su último estreno en cine hasta el momento.
Esta adaptación de otro comic legendario cosechó críticas divididas, y a mí personalmente no me conmovió, pero debo remarcar que esa escena del comienzo donde dos personajes pelean en un departamento con "Unforgettable", de Nat King Cole de fondo, fue sublime, e hizo que aplaudiera de pie, aunque estaba viendo el DVD en mi casa.
Zack Snyder tiene previsto otro estreno este año, pero por el momento debo decir que lo que ofreció hasta el momento es más que interesante. Se nota que sabe, y que puede imprimirle un estilo propio a sus películas. Esperemos que continúe por la buena senda.
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