Retornamos luego de un forzado impasse. Y lo hacemos con un gran estreno de este año 2010: La Isla Siniestra (Shutter Island, 2010), de Martin Scorsese.
Para empezar, podría decirse que esta película es un thriller psicológico. Sin embargo, a diferencia de otros thrillers detectivescos, La Isla Siniestra no invita al espectador a jugar a ser Philip Marlowe y resolver los enigmas que plantea la película, sino que lo que hace es presentar diferentes situaciones que requieren de la paciencia del espectador para ver una resolución (satisfactoria o no) a dichos enigmas.
El film trata sobre un detective (Leonardo DiCaprio), que es enviado junto con su compañero a investigar la desaparición de una paciente en una colonia psiquiátrica de Nueva Inglaterra. Dicho detective, empujado por el ambiente que reina en el lugar y sus propias alucinaciones creadas por ciertos demonios de su pasado es arrastrado a un viaje que hace que uno se empiece a cuestionar dónde comienza y dónde termina la realidad.
La Isla Siniestra es una película rara en la carrera de Scorsese; por un rato deja de lado las películas sobre gángsteres o las biografías (dos clásicos de su extensa trayectoria) para abordar un género poco común en él. La Isla Siniestra, de haber caído en otras manos, hubiera quedado fácilmente encasillada en una película clase B. Personajes tenebrosos, su horror psicológico y sus fundamentos vagamente psicoanalíticos, hacen que este film remita a esos clásicos del género que en la era del VHS hacían furor en los hogares.
Ambientada en la década del 50 (donde hace un homenaje al cine negro de la época), se destacan el trabajo de fotografía y la musicalización. La isla escarpada, muy poco accesible y azotada por todos los vientos; el viejo fuerte de la Guerra Civil reciclado como hospital para enfermos mentales con antecedentes criminales; un misterioso faro; pacientes que vagan por parques y corredores como zombies custodiados por una multitud de enfermeros; científicos que ensayan nuevas terapias, y por todas partes la memoria fresca del horror nazi y sus experimentos médicos son los ingredientes necesarios para que lo lúgubre del lugar y la creciente locura del personaje de Di Caprio nos provoque miedo de verdad.
Párrafo aparte para Dennis Lehane, que escribió la novela sobre la cual está basada la película. Las tres novelas de este señor, incluyendo ésta, han captado la atención de los grandes: Río Místico (Mystic River, 2003), la muy buena película de suspenso de Clint Eastwood; Desapareció una Noche (Gone Baby Gone, 2007), el muy buen -y sorpresivo- film de Ben Affleck; y La Isla Siniestra, aquí mencionada. Todavía no tuve la oportunidad de leer el trabajo de este señor, pero por algo los grandes le echaron el ojo. Veremos en el futuro.
Conclusión: Cine Clase B filmado como Cine Clase A. Gran trabajo de Scorsese y de los actores (DiCaprio, con el plus de tener a Ben Kingsley y Max von Sydow entre el reparto), que entretiene y asusta por igual. Un placer de película.
ORIGEN: USA
DIRECTOR: Martin Scorsese
INTÉRPRETES: Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Max von Sydow
DURACIÓN: 138 minutos
CALIFICACIÓN: MUY BUENA
Para empezar, podría decirse que esta película es un thriller psicológico. Sin embargo, a diferencia de otros thrillers detectivescos, La Isla Siniestra no invita al espectador a jugar a ser Philip Marlowe y resolver los enigmas que plantea la película, sino que lo que hace es presentar diferentes situaciones que requieren de la paciencia del espectador para ver una resolución (satisfactoria o no) a dichos enigmas.
El film trata sobre un detective (Leonardo DiCaprio), que es enviado junto con su compañero a investigar la desaparición de una paciente en una colonia psiquiátrica de Nueva Inglaterra. Dicho detective, empujado por el ambiente que reina en el lugar y sus propias alucinaciones creadas por ciertos demonios de su pasado es arrastrado a un viaje que hace que uno se empiece a cuestionar dónde comienza y dónde termina la realidad.
La Isla Siniestra es una película rara en la carrera de Scorsese; por un rato deja de lado las películas sobre gángsteres o las biografías (dos clásicos de su extensa trayectoria) para abordar un género poco común en él. La Isla Siniestra, de haber caído en otras manos, hubiera quedado fácilmente encasillada en una película clase B. Personajes tenebrosos, su horror psicológico y sus fundamentos vagamente psicoanalíticos, hacen que este film remita a esos clásicos del género que en la era del VHS hacían furor en los hogares.
Ambientada en la década del 50 (donde hace un homenaje al cine negro de la época), se destacan el trabajo de fotografía y la musicalización. La isla escarpada, muy poco accesible y azotada por todos los vientos; el viejo fuerte de la Guerra Civil reciclado como hospital para enfermos mentales con antecedentes criminales; un misterioso faro; pacientes que vagan por parques y corredores como zombies custodiados por una multitud de enfermeros; científicos que ensayan nuevas terapias, y por todas partes la memoria fresca del horror nazi y sus experimentos médicos son los ingredientes necesarios para que lo lúgubre del lugar y la creciente locura del personaje de Di Caprio nos provoque miedo de verdad.
Párrafo aparte para Dennis Lehane, que escribió la novela sobre la cual está basada la película. Las tres novelas de este señor, incluyendo ésta, han captado la atención de los grandes: Río Místico (Mystic River, 2003), la muy buena película de suspenso de Clint Eastwood; Desapareció una Noche (Gone Baby Gone, 2007), el muy buen -y sorpresivo- film de Ben Affleck; y La Isla Siniestra, aquí mencionada. Todavía no tuve la oportunidad de leer el trabajo de este señor, pero por algo los grandes le echaron el ojo. Veremos en el futuro.
Conclusión: Cine Clase B filmado como Cine Clase A. Gran trabajo de Scorsese y de los actores (DiCaprio, con el plus de tener a Ben Kingsley y Max von Sydow entre el reparto), que entretiene y asusta por igual. Un placer de película.
ORIGEN: USA
DIRECTOR: Martin Scorsese
INTÉRPRETES: Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Max von Sydow
DURACIÓN: 138 minutos
CALIFICACIÓN: MUY BUENA
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