Caso raro el de esta película. De chico recuerdo haberla visto y no me había parecido mala, al contrario, estaba Schwarzenegger, había acción, un poco de fantasía... sin embargo, uno de chico se cree cualquier cosa, incluso que Chuck Norris es un buen actor.
Por lo general, cuando en esta sección se habla de "desastres cinematográficos", nos referimos a películas muy malas, fracasos comerciales estrepitosos que hundieron la carrera de más de un actor, catástrofes cinematográficas insalvables como las de Eddie Murphy. Así que aclaro que esta vez vamos a darle lugar a una película que sin ser un desastre fílmico, fue un fracaso en términos económicos, y en expectativas generadas en su momento.
Cuenta la historia que dos jóvenes guionistas recién egresados de la escuela de cine decidieron hacer un guión de una historia que mezclara acción y fantasía en partes iguales, que tuviera llegada tanto en los adultos como en los chicos. El problema es que al ser unos don nadies, ningún estudio se mostraba interesado en ese guión. Hasta que por esas cosas de Hollywood, la mano cambió y Columbia Pictures le dio luz verde al proyecto.
Sin embargo, Columbia no aceptaría hacer las cosas así nomás: como todo estudio de Hollywood, tenían que meter mano a piacere. Fue así que decidieron "refrescar" la historia, y contrataron a un prolífico guionista que por entonces era la sensación del momento: Shane Black, responsable entre otras cosas del guión de ese éxito demoledor de 1987 que fue Arma Mortal. Así fue que el señor Black, por la módica suma de 750 mil dólares por un mes de trabajo, hizo cambios sustanciales al guión.
Pero la cosa no terminaba ahí. Tenía que ser el súper tanque del verano yanqui, así que necesitaban una figura protagonista que fuera garantía de éxito. Y apareció el nombre de Arnold Schwarzenegger, figura más que rentable por entonces, que estaba en un impasse de la actuación después de ser el actor más taquillero tras El Vengador del Futuro y Terminator 2, de 1990 y 1991 respectivamente.
La condición de Arnold fue tener total control sobre el proyecto, cobrar un salario de 15 millones de dólares (record total por entonces), más un porcentaje de las ganancias, control sobre el merchandising y además crédito de productor ejecutivo del filme. Obviamente, las mentes detrás del proyecto accedieron a todos los requerimientos. Total, iba a ser un super exitazo.
Ni bien se subió al tren del futuro éxito, Arnold sugirió que el director fuera el gran John McTiernan, que se había ganado el Olimpo tras los éxitos gigantescos de la testosterónica Depredador (1987) y el excelente clásico Duro de Matar (1988).
En un principio, McTiernan no estaba seguro de aceptar, pero la presión de su amigo Arnold, la garantía de éxito que le prometían y los 5 millones de dólares de salario lo habían convencido. Una vez cerrado el tema del director, Arnold y sus lacayos sugirieron otra revisión más del guión: fue así que luego de dos años de proyecto en marcha, los guionistas involucrados sumaban ¡8!, con un costo total de 3 millones de dólares en concepto de salarios. Ah! Faltaba agregarle los cameos de estrellas de Hollywood: Jean-Claude Van Damme, Sharon Stone... y la mujer de Schwarzenegger.
Y arrancó la filmación nomás. Todo parecía ir bien, hasta que el capo de Columbia no tuvo mejor idea que querer sacudir el mercado tirando fecha de estreno para ganarle de mano a cualquier futuro tanque que quisiera robarle el trono de éxito del verano. La fecha en cuestión era el 18 de junio de 1993, pero había un problema... quedaban tres meses nada más, y la película aun se estaba terminando de filmar. A eso había que agregarle la post producción y todo lo relativo a un filme de estas características... lo cual hacía prácticamente imposible esa fecha de estreno. Para todo esto, McTiernan decretó que había que correr la fecha porque no llegaban. Pero el presidente de Columbia, un tal Canton, se había empacado con que la fecha era inamovible. Con esto, la tensión aumentó, McTiernan estaba furioso, se trabajaba contra reloj hasta 20hs por día, y según cuentan los reportes de época, se avecinaba en ese set una guerra.
Pese a todos los contratiempos, el filme se pudo terminar para el 1 de mayo. Sin embargo, el nivel de egocentrismo del señor Canton hizo que este le "arrebatara", literalmente, la copia sin terminar de la película a McTiernan para un testeo de audiencias en un cine de Los Angeles.
La copia sin terminar fue estrenada, y las críticas fueron letales. Al punto tal de que los directivos de Columbia Pictures sobornaron a todos los diarios, e incluso apelaron al bozal legal para que no se hablara de lo que acababan de ver. Sin embargo, el público asistente generó un boca en boca que sería determinante para el futuro del filme.
Finalmente, el tan discutido 18 de junio de 1993 llegó, El Último Gran Héroe se estrenó y... la crítica la despedazó y el público no respondió como se esperaba. La recaudación total fue modesta, y apenas sobrepasó el costo total de la película, que entre una cosa y otra había escalado hasta los 70 millones de dólares.
Como dato anecdótico, se habían firmado acuerdos de publicidad con McDonald's y MTV, entre otras corporaciones, e incluso se había llegado a especular con pagar 20 millones de dólares para poder colocar la publicidad en un lanzamiento espacial de la NASA previsto para el año 2003. Sí, suena desquiciado pero fue así. Igualmente, esta idea fue rechazada porque algún despabilado se preguntó: ¿a quién podría interesarle una publicidad de una película diez años después? Ni quisiera preguntar qué hizo Schwarzenegger con los muñequitos...
En fin, para rematar esta historia voy a decirles cuál fue la película que le pasó el trapo. Quizás la conozcan, una película sobre dinosaurios, de un flaco, judío él, llamado Steven Spielberg.
Sí, señores, nada más ni nada menos que Jurassic Park, que recaudó un vuelto: más de 900 millones de dólares mundialmente.
Hoy, Jurassic Park es una de las películas más taquilleras de la historia. El Último Gran Héroe... shhh, no levanten la perdiz, que acá no pasó nada.
Por lo general, cuando en esta sección se habla de "desastres cinematográficos", nos referimos a películas muy malas, fracasos comerciales estrepitosos que hundieron la carrera de más de un actor, catástrofes cinematográficas insalvables como las de Eddie Murphy. Así que aclaro que esta vez vamos a darle lugar a una película que sin ser un desastre fílmico, fue un fracaso en términos económicos, y en expectativas generadas en su momento.
Cuenta la historia que dos jóvenes guionistas recién egresados de la escuela de cine decidieron hacer un guión de una historia que mezclara acción y fantasía en partes iguales, que tuviera llegada tanto en los adultos como en los chicos. El problema es que al ser unos don nadies, ningún estudio se mostraba interesado en ese guión. Hasta que por esas cosas de Hollywood, la mano cambió y Columbia Pictures le dio luz verde al proyecto.
Sin embargo, Columbia no aceptaría hacer las cosas así nomás: como todo estudio de Hollywood, tenían que meter mano a piacere. Fue así que decidieron "refrescar" la historia, y contrataron a un prolífico guionista que por entonces era la sensación del momento: Shane Black, responsable entre otras cosas del guión de ese éxito demoledor de 1987 que fue Arma Mortal. Así fue que el señor Black, por la módica suma de 750 mil dólares por un mes de trabajo, hizo cambios sustanciales al guión.
Pero la cosa no terminaba ahí. Tenía que ser el súper tanque del verano yanqui, así que necesitaban una figura protagonista que fuera garantía de éxito. Y apareció el nombre de Arnold Schwarzenegger, figura más que rentable por entonces, que estaba en un impasse de la actuación después de ser el actor más taquillero tras El Vengador del Futuro y Terminator 2, de 1990 y 1991 respectivamente.
La condición de Arnold fue tener total control sobre el proyecto, cobrar un salario de 15 millones de dólares (record total por entonces), más un porcentaje de las ganancias, control sobre el merchandising y además crédito de productor ejecutivo del filme. Obviamente, las mentes detrás del proyecto accedieron a todos los requerimientos. Total, iba a ser un super exitazo.
Ni bien se subió al tren del futuro éxito, Arnold sugirió que el director fuera el gran John McTiernan, que se había ganado el Olimpo tras los éxitos gigantescos de la testosterónica Depredador (1987) y el excelente clásico Duro de Matar (1988).
En un principio, McTiernan no estaba seguro de aceptar, pero la presión de su amigo Arnold, la garantía de éxito que le prometían y los 5 millones de dólares de salario lo habían convencido. Una vez cerrado el tema del director, Arnold y sus lacayos sugirieron otra revisión más del guión: fue así que luego de dos años de proyecto en marcha, los guionistas involucrados sumaban ¡8!, con un costo total de 3 millones de dólares en concepto de salarios. Ah! Faltaba agregarle los cameos de estrellas de Hollywood: Jean-Claude Van Damme, Sharon Stone... y la mujer de Schwarzenegger.
Y arrancó la filmación nomás. Todo parecía ir bien, hasta que el capo de Columbia no tuvo mejor idea que querer sacudir el mercado tirando fecha de estreno para ganarle de mano a cualquier futuro tanque que quisiera robarle el trono de éxito del verano. La fecha en cuestión era el 18 de junio de 1993, pero había un problema... quedaban tres meses nada más, y la película aun se estaba terminando de filmar. A eso había que agregarle la post producción y todo lo relativo a un filme de estas características... lo cual hacía prácticamente imposible esa fecha de estreno. Para todo esto, McTiernan decretó que había que correr la fecha porque no llegaban. Pero el presidente de Columbia, un tal Canton, se había empacado con que la fecha era inamovible. Con esto, la tensión aumentó, McTiernan estaba furioso, se trabajaba contra reloj hasta 20hs por día, y según cuentan los reportes de época, se avecinaba en ese set una guerra.
Pese a todos los contratiempos, el filme se pudo terminar para el 1 de mayo. Sin embargo, el nivel de egocentrismo del señor Canton hizo que este le "arrebatara", literalmente, la copia sin terminar de la película a McTiernan para un testeo de audiencias en un cine de Los Angeles.
La copia sin terminar fue estrenada, y las críticas fueron letales. Al punto tal de que los directivos de Columbia Pictures sobornaron a todos los diarios, e incluso apelaron al bozal legal para que no se hablara de lo que acababan de ver. Sin embargo, el público asistente generó un boca en boca que sería determinante para el futuro del filme.
Finalmente, el tan discutido 18 de junio de 1993 llegó, El Último Gran Héroe se estrenó y... la crítica la despedazó y el público no respondió como se esperaba. La recaudación total fue modesta, y apenas sobrepasó el costo total de la película, que entre una cosa y otra había escalado hasta los 70 millones de dólares.
Como dato anecdótico, se habían firmado acuerdos de publicidad con McDonald's y MTV, entre otras corporaciones, e incluso se había llegado a especular con pagar 20 millones de dólares para poder colocar la publicidad en un lanzamiento espacial de la NASA previsto para el año 2003. Sí, suena desquiciado pero fue así. Igualmente, esta idea fue rechazada porque algún despabilado se preguntó: ¿a quién podría interesarle una publicidad de una película diez años después? Ni quisiera preguntar qué hizo Schwarzenegger con los muñequitos...
En fin, para rematar esta historia voy a decirles cuál fue la película que le pasó el trapo. Quizás la conozcan, una película sobre dinosaurios, de un flaco, judío él, llamado Steven Spielberg.
Sí, señores, nada más ni nada menos que Jurassic Park, que recaudó un vuelto: más de 900 millones de dólares mundialmente.
Hoy, Jurassic Park es una de las películas más taquilleras de la historia. El Último Gran Héroe... shhh, no levanten la perdiz, que acá no pasó nada.
"El último gran Héroe" merecía su espacio en esta sección. Encima de todos los problemas que se cuentan. le tocó competir con la mejor Jurassic Park (la primera).
ResponderEliminarDecí que al gran Arnold uno lo quiere, pero este un uno de sus pocos fracasos junto con Planet Hollywood y su gestíon como Gobernator de California.
Peor está Kevin Costner después de todo.