viernes, 22 de abril de 2011

Camino a la Libertad (The Way Back, 2010)


Peter Weir es un director muy particular. No suele filmar muy seguido, especialmente desde la década del 80 hacia acá, pero siempre sus películas han captado la atención del público por algún motivo en particular, a pesar de tratarse de géneros disímiles.

Quizás sus filmes más recordados sean La Sociedad de los Poetas Muertos (1989), clásico drama que representó uno de los mayores éxitos del hoy devaluado Robin Williams, The Truman Show (1998), película donde Jim Carrey demostró que podía ser un actor "serio" y que injustamente no recibió un Oscar, y Capitán de Mar y Guerra (2003), película de época con Russell Crowe donde hacía de capitán de un buque que pretendía cazar a otro de la fuerza naval francesa. Todos sus trabajos gozaron de la aprobación del público y de la crítica, pero a diferencia de otros directores como por ejemplo Ridley Scott, que se despachan con una o dos películas por año, Weir se acerca más a la línea de Terrence Malick, que filma cada tanto.

En el caso de su más reciente incursión en el asiento de director, Weir se despacha con una historia de lucha personal y heroismo. Camino a la Libertad cuenta la historia de unos presidiarios durante la Segunda Guerra Mundial que, albergados en un gulag (campo de prisioneros soviético) aguardan la muerte en cualquiera de sus formas: por el frío, por la edad, en las minas víctimas de trabajo forzado, o de tristeza. Sin embargo, un grupo de reclusos comandado por Janusz (Jim Sturgess) -un polaco que fue injustamente encarcelado- y el Sr. Smith (Ed Harris) -un veterano actor yanqui preso por interpretar en escena a un viejo burgués- planean un escape que a simple vista parece casi imposible: cruzar a pie toda la estepa soviética, bordear el Lago Baikal y cruzar las vías del tren Transiberiano hasta llegar a la India, completamente fuera del alcance del régimen soviético.




Este dúo es acompañado por un grupo de personajes, incluido un asesino despiadado pero con deudas de juego (Colin Farrel, con un marcado acento ruso que por momentos logra desconcertarnos). En el camino encontrarán a una jovencita (la ascendente Saoirse Ronan) que se sumará a la travesía, que es retratada con una maestría absoluta por Weir. No solo los paisajes son hermosos e increíbles, sino que podemos ver el sufrimiento que el hambre, las inclemencias del tiempo y la idea de que ese escape es nada más que una utopía causa en los protagonistas. Weir logra retratar todo eso, dándole una cuota de dramatismo -a veces excesiva- que nos logra mantener en vilo hasta el final. Sin embargo, a veces parece dar la impresión de que ciertas situaciones son resueltas con excesiva rapidez, pero que en la general no hace mella en la historia.

Curiosamente, este filme parece estar basado en una historia real, de esas tantas que el conflicto bélico nos dio y el cine se encargó de retratar, pero investigando un poco parece ser que es en gran parte ficcional, aunque es una versión no confirmada. Si nos ponemos a buscarle la quinta pata al gato, es una historia demasiado épica como para ser verdad, pero quién puede saberlo. Camino a la Libertad es, en definitiva, una película que me llamó la atención por ningún motivo en particular, pero que quise ver. Sinceramente, no me decepcionó en lo absoluto.

Conclusión: una película entretenida e inspiradora, un viaje por lugares que nunca podríamos llegar a conocer.

ORIGEN: USA
DIRECCIÓN: Peter Weir
INTÉRPRETES: Jim Sturgess, Ed Harris, Saoirse Ronan, Colin Farrell
DURACIÓN: 133 minutos
CALIFICACIÓN: BUENA
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