martes, 22 de diciembre de 2009

El Exorcista - El Comienzo: La versión prohibida (Dominion: Prequel To The Exorcist, 2005)


No me gustan las precuelas. Me parecen una excusa barata para colgarse de un (gran) éxito pasado, tratando de aportarle algo a una historia que ya quedó en el imaginario popular. Por lo general ponen como excusa el hecho de que quieren "indagar" un poco más en la psiquis del asesino (en el caso de que lo hubiera, como por ejemplo en un Hannibal Lecter) y ver por qué se convirtió en lo que se convirtió. Hay miles de ejemplos más, como las Star Wars del nuevo milenio, que, errores de apreciación y concepción mediante, nos hacen querer cada vez más aquellas antiguas películas.
En el caso de la que para mí es una de (sino LA) las mejores películas de terror de todos los tiempos, como lo es El Exorcista (The Exorcist, 1973), su precuela no hace más que confirmar los prejuicios que generalmente tengo con esta clase de cosas.
Dominion (o ese título largo y molesto de "...el Comienzo, la versión prohibida..."), es un desastre. Está bien, si leemos un poco y averiguamos sobre los problemas que tuvo que atravesar la filmación, es entendible semejante resultado. Pero no se puede manchar una historia tan buena con algo así.

Allá por el 2004/2005 se decidió hacer la precuela de El Exorcista, aquella historia creada por William Peter Blatty adaptada por él mismo a la pantalla grande, y dirigida por un grande como William Friedkin, responsable entre otras cosas por clásicos del cine como Contacto en Francia (The French Connection, 1971). Protagonizada por Linda Blair en el papel de la niña poseída, el elenco se completaba con muy buenos actores de la talla de Max von Sydow, Ellen Burstyn y Jason Miller. Para hacer la mencionada precuela se contrató a un director no muy conocido (al menos para la mayoría) llamado Paul Schrader. Cuenta la historia que una vez terminada la filmación, el estudio no estaba conforme con el corte final del film, por lo que le sugirieron a Schrader hacer algunos cambios sustanciales en la historia. Schrader se negó, desde luego, lo que hizo que después de tantas idas y venidas el proyecto se cancelara. En su lugar contrataron a un muy criticado y bastardeado director como Renny Harlin, responsable de grandes fiascos cinematográficos en los últimos 20 años. En lo personal, lo único bueno que le conozco a Harlin es Duro de Matar 2 (Die Hard 2, 1990), y algo decente como Riesgo Total (Cliffhanger, 1993).

La cuestión es que ¡hicieron toda la película de nuevo! y la estrenaron en el 2004 bajo el nombre de Exorcista: El Comienzo (The Exorcist: The Beginning). Fue un fracaso estrepitoso. Al año siguiente, decidieron finalmente desempolvar la versión de Schrader y también fue estrenada. Otro fracaso. La única crítica buena que tuvo esta fue la de Blatty, que dijo que esta versión no le había disgustado tanto como la otra.

Lo cómico de todo esto es que ambas películas se prestan para la confusión, ya que el protagonista, Stellan Skarsgard, hace ¡el mismo papel en las dos!

¿Por qué es mala? Primero que nada, la historia. De la forma en que fue concebida, no aporta mucho a lo conocido. Segundo, la realización. La película arranca bien, pero sobre la mitad se hacen evidentes los problemas de presupuesto y de filmación, y el resultado es lamentable, como por ejemplo unas hienas hechas digitalmente que caminan en el aire, o una vaca que muere ¡digitalmente!, que un chico de primaria podría haberlo hecho mejor. Son patéticas ambas cosas. Después tenemos al muchacho poseído, que habla en inglés pero mueve la boca como si hablara en sefaradí, ya que el actor es ¡filipino! y no sabía hablar inglés.

Podrían enumerarse miles de cosas más, pero no vale la pena. Es un sinsentido general, el terror no existe, y da pena.

Conclusión: evitable, y si se la vio, olvidable. Un insulto a la gran historia de terror que nos dio el cine.

ORIGEN: USA
DIRECTOR: Paul Schrader
INTÉRPRETES: Stellan Skarsgard, Gabriel Mann
DURACIÓN: 117 minutos

CALIFICACIÓN: MALA

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